Sesudo razonamiento sobre la nociva influencia de la ciencia y la tecnología en la vida humana.

Por Ricardo Cobos Castillo *

Parecería que estamos inmersos y limitados por una CRISIS DE INTELIGENCIA que obnubila, nos dispersa, nos amansa y nos distrae.

Que no permite aprender ni razonar con lógica, ni a tomar decisiones acertadas que permitan avanzar y concretar propósitos con resultados.

Crisis propiciada por la vorágine tecnológica y sujeta a visiones angostas y carentes de pragmatismo de quienes detentan el poder mal entendido.

Más temas aquí, en REVISTA DE MANABÍ:

Se percibe una realidad paradójica en que las intenciones válidas, compromisos e intereses no logran, en la práctica, armonizar lo real con lo ideal. Es paradójica por cuanto con el aporte del prodigioso desarrollo científico y tecnológico deberíamos disfrutar de más acciones cimentadas de bienestar y de certezas y menos de limitaciones y pobreza.

Hemos crecido de manera trascendental hacia afuera, pero nos hemos desarrollado escasamente hacia adentro.

La tecnología utiliza el argumento generado por la ciencia para mejorar y optimizar su técnica; y, por su parte, la ciencia se vale de la tecnología para -a través de la investigación- llevar a cabo medios más precisos, concretos y efectivos para concretar sus metas.

Inteligencia emocional. / GRÁFICO: Fundación Gabo (Tomado de Google)

La ciencia se ocupa de conocer y comprender los objetivos y fenómenos ya existentes, y la tecnología, por su parte, genera condiciones y mecanismos para generar bienes de producción y servicios que aún no existen, pero que se suponen deberían ser necesarios para poder brindar bienestar y mejores condiciones de vida.

La ciencia busca, trata de ampliar y profundizar en el conocimiento de las realidades. La  tecnología, por su parte, genera medios, modos y procedimientos para satisfacer necesidades humanas.

La ciencia no tiene moral, pero por desgracia la tecnología que es su instrumento ejecutor -mal direccionada, calculadora, onerosa, perversamente manipulada y utilizada- nos termina deshumanizando y controlando. Deja de ser entonces un factor de progreso y desarrollo humano.

El estado de confusión de crisis e incertidumbre de estos tiempos podría ser superado propiciando entendimientos, acuerdos y proyectos, plenos de buena intención y de optimizados recursos científicos y tecnológicos.

* Ricardo Cobos Castillo es doctor en cirugía plástica (estética y reconstructiva), especializado en Argentina. Su lugar de residencia habitual es la ciudad de Manta, provincia de Manabí, República del Ecuador. Recibe correspondencia en esta dirección electrónica: riccoboscas@hotmail.com