Actualmente, en el mundo y particularmente en Ecuador, prevalece un “(…) COMPORTAMIENTO GENERACIONAL livianamente pragmático que, pese a las grandes y exuberantes ventajas tecnológicas e informáticas, no ha sido capaz de darle VALIDEZ a lo REALMENTE ÚTIL en lo particular y cotidiano, ni tampoco de propiciar un eficaz y eficiente ESTILO de gobernar (…).”
Por Ricardo Cobos Castillo *
En el escenario político-administrativo público e institucional en general de estos últimos tiempos, en especial desde hace unos 20 años a esta parte, se estandarizó de manera holística -y no solo en Ecuador- una suerte de actitud o COMPORTAMIENTO GENERACIONAL livianamente pragmático que, pese a las grandes y exuberantes ventajas tecnológicas e informáticas, no ha sido capaz de darle VALIDEZ a lo REALMENTE ÚTIL en lo particular y cotidiano, ni tampoco de propiciar un eficaz y eficiente ESTILO de gobernar, propiciando multiplicidad de propósitos e intenciones sin RESULTADOS efectivos y duraderos.
En consecuencia, y paradójicamente, estamos cobijados bajo un manto de desorden, inseguridad, precariedad en valores, inmediatismo y continuismo administrativo anacrónico e intrascendente.
En realidad, no existe mejor o peor desempeño generacional en sí mismo, sino que perdura más el que en lo oportuno y necesario de su protagonismo deja sus improntas trascendentes.
La actual generación, creo así, debe alcanzar todavía MADUREZ en sus propósitos de dirigir o gobernar, pues es su tiempo, su DERECHO y su gran responsabilidad.
En este escenario abrumador, contemporáneo y actual, la claridad para encontrar la luz al final del túnel podría tener dos estrategias en la intención de gobernar con solvencia: la una, apoyándose pragmáticamente, es ese valioso y bien direccionado recurso tecnológico; y, la otra, compartiendo responsabilidades con el aporte de la experiencia de gente con integridad, conocimiento y sabiduría, en un estratégico y bien planificado proyecto-país.
La experiencia individual da buenas o malas pautas de formación, frustración o desarrollo personal; sus efectos recaen solo en la persona. Pero, al gobernar, lo que se haga o se deje de hacer AFECTA al resto.
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* Ricardo Cobos Castillo es un librepensador cuya residencia está en la ciudad de Manta (Ecuador) y que, sacando tiempo a su actividad profesional de médico cirujano estético, recrea ideas filosóficas que delatan el comportamiento errado de la sociedad humana. Si desea contactarse con él, este es su correo electrónico: riccoboscas@hotmail.com