Cada 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación, fecha escogida por la Organización de las Naciones Unidas para concienciar a la población mundial sobre la importancia de la educación a fin de conseguir el cuarto ODS (Objetivo para el Desarrollo Sostenible), contemplado en su Agenda global hasta el año 2030 y persigue una sociedad justa, igualitaria y autosuficiente.
Según la Unesco, cada vez aumenta el número de menores que no van a las escuelas, y en un porcentaje más alto son las mujeres quienes no pueden acceder a educación.
Se habla de que 250 millones de niños no se escolarizan en el mundo (cifras de la Unesco, 2023) y esto se debe a varias razones, entre ellas las guerras, la falta de presupuesto en las familias y porque las naciones no priorizan en sus planes una educación gratuita, accesible y de calidad.
Herramienta de empoderamiento
La educación, al ser una herramienta clave para dar poder de actuación personal y colectiva a los individuos, proporciona conocimientos y habilidades que fomentan el pensamiento crítico, la creatividad y la comprensión intercultural, con el fin de tomar decisiones determinantes.

Es importante que las nuevas generaciones conozcan diferentes temáticas para aplicarlas en la vida diaria, y una de las principales es la salud concerniente a la sexualidad. Pocas son las unidades educativas que ponen en su malla curricular estos contenidos, perdiéndose la oportunidad de generar conciencia desde la niñez.
Educación sexual
La falta de información sobre educación sexual se ha convertido en una problemática mundial, aumentando así un estigma alrededor de esta temática. En la Investigación Global de Higiene y Salud de Essity en 2022, solo el 55 % de los encuestados afirmó tener conocimientos sobre la menstruación.
Según la nueva Encuesta 2023 de Essity, cuando los gobiernos y las empresas prioricen la salud, sobre todo la de las mujeres, se puede promulgar un cambio sostenible a largo plazo que facilite el bienestar para todos. Pero para esto se debe contar con acceso a información precisa y comenzar a romper el tabú que se genera en torno a la salud sexual en las mujeres.
El jefe de Bienes de Consumo para Essity Ecuador, Santiago Rosero, lo plantea con estas frases: “Como sociedad tenemos la oportunidad de reformar la educación sobre salud menstrual, atendiendo a las necesidades de las mujeres y considerar a la inclusión y accesibilidad como parte de los factores a reforzar.
“Es importante que nuestras niñas y adolescentes cuenten con las herramientas y los materiales educativos que favorecen la inclusión y pueden desempeñar un papel vital en su formación”.
FUENTE: Essity Ecuador (Quito), mediante boletín y fotos cursados a través de la Agencia Keyword, con firma de Alejandra Jácome.
