Discurso pronunciado por el maestro e historiador Joselías Sánchez Ramos (Manta, Ecuador), durante la inauguración del mural pictórico “Riqueza Marina”, de Rafael García, en el Mega Parque Centenario Agustín Intriago Quijano; evento realizado el día lunes 28 de abril del 2025.
Por: Joselías Sánchez Ramos
Este mural de mosaicos que surge de la inspiración y creatividad del artista, Rafael García, nos reúne frente a la “Riqueza marina”,
Distinguida alcaldesa, dignas autoridades, honorables invitados, conciudadanos.
Se observa una simbiosis de la vida oceánica con la cultura de los pueblos que han protegido el mar desde tiempos inmemoriales.
Como espectador, me siento parte de la vida marina, y, al contemplarla, percibo todo el esplendor del océano.

El mar en la historia de Manta: el pasado
Es nuestro entorno. Nosotros somos Manta, un pueblo que resume pasados, vive presentes y forja futuros.
A lo largo de nuestra historia nos hemos convertido en hombres de mar, con la dulzura de sus olas y la furia de sus embestidas.
En esta tierra que mira al mar, alrededor de los años 500 A.C., se asentaron los hombres de la Cultura Bahía.
En 1966, en las dunas de arena de la playa de Los Esteros, se descubre un adoratorio al mar, cuyos restos arqueológicos están en el “Museo Manta”. Allí está la exposición “Los gigantes de Bahía”.
Mil años después, en el 500 D.C., surge la Cultura Manteña. En este mismo sitio donde estamos ahora, construyen una ciudad a la que llaman JOCAY, que significa “Casa de los peces”.
Los manteños cuidaron el mar, su vida y su magia. Una cultura poseedora de un alto nivel de espiritualidad, conocimientos y tecnologías para la agricultura, pesca, producción de bienes, comercio, navegación y el ordenamiento social de sus poblaciones.
Con sus embarcaciones, las balsas manteñas, establecen el comercio global desde Chile hasta el norte de México.
Sus pescadores sacan la concha Spóndylus, preferida de los incas del Imperio, porque tienen la magia de producir la lluvia y fertilizar las cosechas.
Mil años después, hacia 1534, a esta Jocay de la diosa Umiña llegan los españoles y la llaman San Pablo de Manta.
Durante 300 años es puerto de los buques españoles en la ruta Lima – Panamá. Es tal su esplendor, que los corsarios y piratas la asaltan y destruyen en tres ocasiones.
En 1776 llega a Manta la Misión Geodésica Francesa. En sus memorias, Carlos María de la Condamine relata la belleza de esta bahía de mar, la calidez humana de su gente que vive en chozas y la exquisita comida que le ofrecen.
A lo largo de nuestro pasado, los mantenses somos el mar porque de sus aguas surge nuestra ciudad con la espléndida faz de sus nereidas.

El mar de Manta: presente
En nuestro presente, seguimos cuidando el mar con nuestra identidad cultural cholo – montuvia.
El cholo pescador, los armadores pesqueros y la industria han convertido a Manta en la capital mundial del atún, que alimenta a la humanidad de todos los continentes.
Protegemos el mar y su vida marina. En días pasados, 58 países de todo el mundo se reunieron en Manta para sorprenderse de lo que hacemos para proteger al mar, de la pesca ilegal y no declarada.
Para cuidar el medio ambiente costero, el último sábado decenas de jóvenes, liderados por el Rotary Club Internacional, limpiaron las playas de Santa Marianita y de El Murciélago.
El mar es nuestra identidad. Nos hace felices, nos alimenta, nos asombra; y, en su contemplación, nos eleva el pensamiento para comprometernos con el futuro.
El futuro
Este futuro es la “Manta Infinita” de Agustín Intriago, en cuyo mega parque se develiza este mural.
Este Mega Parque Centenario se ha construido sobre el mar de nuestra bahía. Es una armonía plena. El mar nos ha enseñado a volar sin las alas del odio y ascender sin peldaños de sangre.
Por ello, evoco al “Señor de las aguas”, al cacique Lligua Tohallí de la Cultura Manteña, quien, sentado en su “Silla de piedra”, gobernaba junto al mar en esta Jocay “Casa de los peces”.
Y, hoy, con este mural de la “Riqueza marina”, consideramos que la “Silla manteña”, del poder y la espiritualidad, es la “marca ciudad” de la Manta Infinita liderada por nuestra alcaldesa, Marciana Valdivieso de Poveda.
Corolario
Será por eso que el poeta Víctor Arias, hijo de las cuerdas de guitarra, llega a la playa para cantar a los dioses del mar las tonadas de los vientos marineros.
– “¿A dónde va, compadre Machaleta?”, le pregunto a un viejo pescador de 96 años, que todas las tardes camina hacia el mar de Tarqui.
– “Voy a mojarme los pies para que el mar me bendiga. El mar es sagrado, Pepito; el mar es sagrado.”
¡El mar es sagrado!
¡El mar es sagrado!
Damas y caballeros.
Joselías, 2025-04-28
