El teatro musical en Latinoamérica vive un momento de expansión que trasciende el entretenimiento: fortalece cadenas de valor, dinamiza servicios como gastronomía, turismo y transporte, y sostiene empleos directos e indirectos en oficios creativos y técnicos.
En la región, experiencias como las de México muestran que la profesionalización y las coproducciones de gran formato elevan los estándares técnicos, diversifican las audiencias y consolidan a las artes escénicas como motor económico.
Lo prueba en Ecuador el Teatro Sánchez Aguilar, actor clave de esta profesionalización, acercando el público local a la calidad de los grandes escenarios internacionales.
En su escenario han brillado títulos como “Mamma Mia”, “Legalmente Rubia”, “Cumbia Divina”, “Snow” y “La vida es hoy”, que acreditan la capacidad de producción nacional y el talento de elencos, técnicos y creativos.
“Cada producción moviliza una cadena amplia de oficios: elenco, músicos, sastrería, utilería, escenografía, iluminación, sonido, carpintería, logística, boletería y comunicación; además de hoteles, restaurantes y transporte. El teatro musical derrama valor en la ciudad y fortalece el empleo y formación artística”, señala Diego Chang, gerente de Marketing en el referido teatro.

Lo que un musical aporta a la economía
Empleo directo e indirecto: intérpretes, músicos, técnicos, producción, comunicación y boletería; proveedores de vestuario, escenografía, audio y video, transporte y seguros.
Servicios y comercio local: ocupación hotelera, consumo en restaurantes y comercios cercanos, durante ensayos y funciones.
Inversión y transferencia técnica: coproducciones y estándares internacionales que aumentan la capacidad instalada (equipamiento, procesos, seguridad escénica).
Audiencias y economía de la atención: la visibilidad en redes y pantallas atrae nuevos públicos y fideliza a las audiencias jóvenes.
Formación y ecosistema: impulsa escuelas de artes escénicas, danza y música; promueve oficios creativos y oportunidades para talento emergente.
Como parte de esta visión de largo plazo, el teatro en mención también impulsa su Escuela de Artes Escénicas Jana, un espacio formativo pionero en el país, que conecta directamente con la misión del teatro: profesionalizar, inspirar y abrir caminos para nuevas generaciones de artistas.
Jana, franquicia internacional española, integra interpretación, canto, música y baile en un entrenamiento práctico con docentes en activo, generando así un semillero de talento que nutre a la propia escena teatral y al ecosistema creativo de la ciudad.

Referencias teatrales de otros países
México: con licencias internacionales y temporadas extendidas, ha consolidado al musical como industria rentable, ampliando públicos a partir de la visibilidad en cine y TV, y el impulso de redes sociales.
Reportes sectoriales recientes refieren incrementos en el valor agregado del sector de arte y entretenimiento, así como inversión privada y empleo vinculados a montajes de gran formato.
Benchmark internacional: en mercados como Estados Unidos y Europa, el teatro musical se sostiene como pilar de la economía cultural, con proyecciones de crecimiento para la industria global de artes escénicas, impulsadas por la demanda de experiencias en vivo.
Las referencias económicas citadas corresponden a reportes sectoriales y fuentes públicas recientes. Se presentan como marco comparativo regional para contextualizar el desempeño musical en Latinoamérica.
FUENTE: Teatro Sánchez Aguilar (Guayaquil, Ecuador), mediante boletín y fotos proporcionados por su gerente de Marketing, Diego Chang, y enviados a REVISTA DE MANABÍ a través de la relacionista pública Anggie Gaona Ripalda.
