El equipo de fútbol Delfín, organizado y desarrollado en la ciudad de Manta, ha logrado una hazaña que nadie se imaginaba hace pocos meses: ponerse en la cima al final de la primera etapa del Campeonato Nacional de primera categoría.
Y lo ha conseguido admirablemente, conservando invicta su portería (21 partidos) desde la fecha inicial y avanzando de manera sostenida pese a que su corto historial no registra otros títulos tan preciados, ni un presupuesto tan alto como el que respalda a otros equipos ecuatorianos de larga y lustrosa trayectoria.
De ahí que resulte natural y lógico el júbilo despertado en sus admiradores y en muchísimos otros manabitas, entre estos no pocos admiradores confesos de planteles como Emelec, Barcelona, Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo y Liga Deportiva Universitaria de Quito.
La hazaña del Delfín no es cualquier cosa. Es un título honroso para el deporte de Manabí; un ejemplo de organización, disciplina y constancia; un modelo de gestión que habla muy bien de la nueva generación de ejecutivos manabitas. Y, lo que más emociona al público aficionado del fútbol, la primera oportunidad que obtiene un equipo de esta provincia para competir en el torneo Copa Libertadores de América.
Esto significa que los aficionados de Manabí podrán ver el mejor fútbol latinoamericano en su propia casa; que verán personalmente a famosas figuras vigentes del balompié continental; que se impulsarán los negocios de transporte y de turismo, y por ende la economía provincial en su conjunto. Que la provincia de Manabí, y en particular la ciudad de Manta, trascenderán mucho más y se forjarán una imagen internacional de progreso y modernidad.
Aún más, el Delfín robustecerá su economía con los aportes que reciba por participar en la Copa Libertadores de América; y entonces podrá perfeccionarse mejor y seguir escalando jerarquías, porque la internacionalización es a los equipos de fútbol lo que las exportaciones a los negocios: mucho crecimiento y grandes ingresos monetarios.
Y detrás de todo lo anterior hay una connotación política, no buscada por el Delfín, pero inseparable de ciertos directivos del club que lo han aupado en los últimos tiempos, destacando entre ellos el actual alcalde de Manta, Jorge Zambrano Cedeño (presidente de honor), cuya influencia se ha sentido a través de su hijo mayor y de la empresa familiar, Ferruzam, uno de los patrocinadores del equipo.
De algún modo, el acercamiento de Zambrano al club del equipo cetáceo es un contrapeso al protagonismo del exalcalde Jaime Estrada Bonilla en el club del equipo Manta, ahora en la serie B y con riesgo de descender más. El exalcalde Estrada truncó la aspiración de Zambrano de ejercer cuatro veces seguidas la Alcaldía y no disimulaba su orgullo de dirigir el Manta Sport Club en la serie privilegiada del fútbol ecuatoriano. Pero Zambrano le ganó a Estrada en la más reciente contienda electoral por la Alcaldía y hoy lo apabulla con la proeza del club rival. ¡Vaya revancha!
Por José Risco Intriago (Fotos recogidas de Twitter).- MANTA, 02 de julio de 2017
