Breve análisis crítico acerca de la gestión en materia agropecuaria de los dos últimos gobiernos nacionales que ha tenido Ecuador y una perspectiva sobre la propuesta de gobernanza temática de cada una de las dos personas candidatas a presidir la República, desde noviembre del presente año hasta mayo del 2025.
Por Pedro Pablo Jijón Ochoa *
El Ecuador va para siete años de abandono estatal en áreas productivas y sociales; recorte presupuestario en sectores como seguridad, salud, educación, economía popular solidaria, y sector agropecuario, entre otros. Este abandono induce el descalabro económico del 90 % de la población.
Desde el año 2017 el Gobierno del Ecuador, bajo el mandato del ex presidente Lenin Moreno Garcés, empezó el desmontaje de las instituciones estatales. Además, un agresivo recorte en el Presupuesto General del Estado (PGE). Se desregularizó la Banca, se desmanteló el Ministerio de Justicia (encargado de las cárceles y de la seguridad del país), se eliminaron controles en Aduanas (SENAE), empezó la liquidación de la Unidad Nacional de Almacenamiento – Empresa Pública (UNA-EP); por citar algunas.
Sectores sociales en pie de lucha
Este abandono estatal se reflejó en aguda crisis económica y social, el descontrol del mercado interno por irrespeto de los precios mínimos de sustentación de las materias primas agrícolas; más la subida gradual de los combustibles por eliminación de subsidios. La condonación de deudas al Fisco de empresas multinacionales, y a la Banca (4.500 millones USD), ocasionó fuertes manifestaciones en el Litoral Montubio y potentes levantamientos del sector indígena de la Sierra y la Amazonía.
El Gobierno nefasto de Lenin Moreno estuvo a punto de caer debido a la presión social por su actitud genuflexa ante los holdings nacionales (grupos empresariales con gran poder adquisitivo, nota de RM). Se notó en este período el aumento en la criminalidad con nuevas formas de delitos, hasta entonces únicamente conocidos en otros países de la región.
Quiebra inducida del sector agrícola
Altos valores de insumos agrícolas, sin control del ente rector; subida de precios de combustibles, costos productivos disparados; pago de bajos precios de cosechas por parte de la industria, ocasionando pérdida de la capacidad de pago del productor y la caída en mora de sus compromisos financieros, tanto con la Banca como con créditos irregulares (anatocismo) y créditos con proveedores de insumos.
La Banca actúa y procede con el remate de estos predios productivos o proveedores, y toman terrenos cultivables como dación de pago, pasando las tierras agrícolas a manos de holdings nacionales.
Poder del holding
Año 2021. Asume la Presidencia de la República del Ecuador el banquero Guillermo Lasso Mendoza, de tendencia política neoliberal, el cual recrudece el desmantelamiento del Estado, además de dar permisibilidad a que el crimen transnacional tome el control de organismos estatales.
Nacen en este período las más cruentas formas de delitos, que van desde la extorsión, secuestro, sicariato, hasta magnicidio de un candidato a la Presidencia. La Banca en este período alcanza las más altas utilidades registradas en la Historia.
En peligro la seguridad alimentaria y la reserva estratégica
Las tierras de productores quebrados, debido a que estos no tienen capacidad de pago están siendo acaparadas por holdings de papel y holdings reales, como respaldo financiero o para siembra de productos de exportación, como banano.
El sistema mismo está diseñado para inducir a la quiebra al productor y despojarlo de su único activo, sus tierras, poniendo en peligro la soberanía alimentaria y la reserva estratégica nacional, con el fin no solo de adueñase de las tierras sino también del comercio total de alimentos.
Se comprueba que, neoliberalismo, lejos de ser una ideología política es un sistema rapaz que despoja bienes, activos estatales, riquezas naturales, derechos humanos, conquistas sociales y hasta sueños, para acumularlas fraudulentamente en pequeños grupos de poder financiero.
El poder del voto
Ecuador y la región necesitan gobiernos progresistas, que respeten las conquistas sociales y administren el Estado con equidad, que trae paz para todos.
A puertas del balotaje, el mes de octubre próximo, tenemos la oportunidad de elegir entre dos opciones:
– La intención del continuismo corrupto, y oportunista; del desmantelamiento de los recursos del Estado; la continuación del crimen organizado, la inseguridad que trae miedo, improductividad, pobreza y muerte.
– Un Plan de Gobierno probado, reconocido mundialmente, de equidad, salud, seguridad, trabajo, educación; que le valió a nuestro país el sobrenombre de «Jaguar de América»; plan representado dignamente por la candidatura de la Abg. Luisa González Alcívar.
Tenemos el poder de cambiar nuestro país.
* Pedro Pablo Jijón Ochoa, ingeniero comercial residente en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, es el director ejecutivo de Asesoría a Organizaciones Agrícolas Productivas (ASESORAP): asesorapecuador@gmail.com. Ocasionalmente contribuye con sus opiniones para lectores de REVISTA DE MANABÍ.
