Revisión del comportamiento social que distingue al pueblo que habita la provincia de Manabí (Ecuador), enfrentado a la disyuntiva de priorizar entre la presión desarrollista del mundo y la convivencia sosegada que le permite la prodigalidad natural de la provincia. 

Por Ricardo Cobos Castillo* / riccoboscas@hotmail.com

En el escenario multicultural y diverso del Ecuador, Manabí es una provincia de peculiares y especiales características antropológicas y de sui géneris comportamiento social y cultural, lo que además de sus ricos recursos naturales, lamentablemente mal administrados, posiblemente le confieren un particular e INTRÍNSECO POTENCIAL, que vibra y que pulsa, diferenciándolo del resto poblacional del país. 

El MANABITA es cordial, cree en su “patria chica”. Fuera de la provincia es, simplemente, UN MANABITA.

Se enorgullece de aquello; es solidario, generoso, intuitivo y crédulo. En otras palabras, un HOMBRE BUENO y, por tanto, sujeto a las influencias del convencimiento y el engaño.

No tiene nada de tonto; es confiado, que es distinto. No es agresivo, como a ratos se lo quiere interpretar o hacer parecer.

Es REBELDE, sin duda, y esa estirpe rebelde se transforma en BRAVURA e hidalguía cuando se AFECTA a su familia, su propiedad, su fe y convicciones.

Por desgracia, no tiene DISCIPLINA de organización. El privilegiado potencial de su región lo torna, probablemente, CÓMODO y con precaria intencionalidad de planificación.

Su principal LIMITANTE es ÉL MISMO. Ha sido inducido a esa actitud que lo perjudica y lastima (“MANABA COME MANABA”, dicen algunos), y el resultado es que termina por LIMITAR  su potencial y trascendencia.

Sin embargo, esta realidad GEOPOLÍTICA y SOCIAL también es consecuencia de desempeños públicos e institucionales: ineficientes, inmediatistas, continuistas; escasamente planificadores y direccionados por referentes políticos que han privilegiado INTERESES Y NO PROPÓSITOS.

Gobernantes que no han analizado con madurez y responsabilidad las CAUSAS reales de los problemas, sino sus EFECTOS.

En consecuencia, si se lograse armonizar propósitos dispersos, EVIDENCIAR y potencializar los talentos adormecidos, y a través de un PLAN COYUNTURAL creativo, inteligente, ACTUALIZADO y VINCULANTE -con aporte académico, político y social-, podríamos quizás hasta pensar, como Alfaro en el pasado, que el liderazgo que posiblemente espera la República surgirá algún día de esta provincia. ¿Por qué no?

Valdría la pena, al menos, analizar la idea, que lo único que intenta es encontrar caminos para propiciar aciertos.

* Ricardo Cobos Castillo es ciudadano manabita radicado en la ciudad de Manta (Ecuador), donde ejerce su profesión de médico cirujano esteta con título de doctor. Es conversador sabio y entusiasta, dedicando una parte de su tiempo a escribir artículos periodísticos en los que analiza diversos temas del quehacer social, primordialmente de aquellos concernientes a la gobernanza pública y el comportamiento ciudadano.