Hacer una celebración disponiendo de todos los recursos no es más que una simple cotidianidad, pero hacerlo esperando contribuciones públicas, aunque solo sean las de la comunidad barrial, es una tarea admirable que exige creatividad, paciencia, tolerancia y una inmensa dosis de fatiga. Y esto último es lo que han hecho en la Ciudadela El Pacífico de Manta (Parroquia Urbana Los Esteros) cuatro damas vecinas y amigas entre sí, que tomaron el desafío de proporcionar una tarde divertida a un centenar de niños del lugar, premiados así con motivo del Día Internacional del Niño.

Ocurrió el día sábado 10 de junio, durante la tarde, en la primera callecita que se pobló en la ciudadela y que hoy es el núcleo de la vida social entre vecinos. Las promotoras, Ligia Zambrano Castro, Edith Montalván de Flores, Angelita Castro de Zambrano y Rosita Risco Intriago, fueron alguna vez miembros del Comité pro Mejoras local, cuya representación sigue ejerciendo la primeramente nombrada, que funge como presidenta en funciones prorrogadas.

Sin más recursos que buena voluntad y una entusiasta motivación personal, levantaron un censo de los niños pequeños de la ciudadela, recaudaron donaciones de los vecinos adultos y montaron una fiesta infantil matizada con música reproducida en altavoces, la animación del Payaso Pinturita y su pequeño hijo, además de bocadillos dulces y de sal y bebidas refrescantes que los niños se sirvieron en el acto. A más de eso, a cada infante se entregó una fundita llena de confites, acompañada de un juguetito para los de menor edad.

Los niños invitados llegaron poco a poco en compañía de sus respectivas madres y en ciertos casos también de otros familiares cercanos. Al acercarse la noche aumentaba la calidez de la fiesta, mientras los niños participaban en concursos de modelaje, conocimientos y baile. Todos aplaudían y celebraban el desempeño de los concursantes y las ocurrencias humorísticas del payaso. Aparte de los niños, quienes mejor disfrutaban eran los jóvenes y en especial mujeres.

La estrecha callecita lucía una iluminación excepcional en el espacio ocupado para la fiesta, y en lo alto había cordeles adornados con globos multicolores. Cada familia llevó al recinto sus propias sillas y todos cuidaron de que la basura no quede tirada en el piso.

La fiesta cumplió su propósito y sus distinguidas promotoras el desafío que les puso una prueba bien librada.

MANTA, 12 de junio de 2016.