En la ciudad de Manta se lo creía totalmente superado, pero ha renacido el problema social que anidó en las décadas de 1970 y 1980. Un espacio de tierra desocupada, en la parte baja del sector Las Cumbres, había sido tomado por familias necesitadas que sin más empezaron a levantar allí casuchas de caña guadua y techo de zinc, pero al poco rato fueron tumbadas a la fuerza por personal de la Comisaría Municipal de Construcciones, que actuó con maquinaria pesada y policías municipales.
La intervención municipal sucedió el miércoles 26 de octubre y sorprendió a todos porque desde hace mucho tiempo no se había tenido noticias en Manta sobre invasiones a terrenos baldíos, pero con propietarios reconocidos por ley y catastrados por la Administración municipal. Los invasores no opusieron gran resistencia, sin embargo algunos dijeron que su proceder obedece a la necesidad de tener un lugar donde vivir con su familia, ya que no disponen de los recursos económicos suficientes para adquirirlo de manera formal.
El desalojo contó con el apoyo de la Dirección Municipal de Seguridad Ciudadana, así como de la Policía nacional. El comisario de construcciones, Emilio Arce, se amparó en que la comunidad aledaña al terreno invadido denunció este hecho y que se notificó previamente a las personas invasoras para que desalojen pacíficamente, pero que todos hicieron caso omiso.
El funcionario recordó que las invasiones están prohibidas por la ley, así como por una ordenanza municipal, y pidió a los invasores que se organicen para que denuncien a quienes los están estafando, porque presuntamente detrás de todo esto hay oportunistas inescrupulosos que están cobrándoles por un lote de tierra, pero que no cuentan con la documentación pertinente, según el comisario.

El área que había sido invadida comprende unas seis hectáreas que no cuentan con ningún servicio básico, añadió la autoridad municipal.
El comisario dialogó con aquellas personas que ya están viviendo en el sitio con sus respectivas familias y les dio 10 días de plazo para desalojar, porque de lo contrario se procederá a destruirles las casas de caña que están ocupando. Además, el comisario les habló sobre el proyecto municipal Mi Primer Lote, al cual pueden aplicar para que obtengan a bajo costo un terreno urbanizado.
Otras invasiones
El funcionario municipal reveló que existen otros lugares invadidos, como en el Barrio Bellavista, donde ya han notificado a los invasores para que se retiren voluntariamente o sufran las consecuencias de un desalojo forzado.
Una de las mujeres involucradas en la invasión, Valeria Ayoví, dijo que ella tiene un hijo con discapacidad y que vino desde Guayaquil agobiada por muchos problemas. En Manta la sorprendió el terremoto de abril y su situación empeoró, por lo que al enterarse de este lugar vino para tomar el espacio que le ofrecieron.
Reconoció que esto no les pertenece, pero quieren hablar con el dueño para que les de facilidades de pago. Desveló que al terreno han llegado personas con el afán de cobrarles por el uso del espacio, pero que ella no ha pagado nada porque los cobradores tampoco le daban ningún documento. Añadió que el comisario municipal le ha dado un plazo de diez días para desalojar, pero que no tiene adonde ir y por eso pide ayuda.
FUENTE: Dirección de Comunicación Social del GAD cantonal de Manta, mediante boletín informativo y fotos con firma de su director, periodista Antonio Cedeño C.- MANTA, 27 de octubre de 2016.
