La ciudad de Montecristi es cuna de algunos de los acontecimientos históricos de la República del Ecuador, acervo que la hace particularmente interesante de conocer. Aparte de poseer un clima cálido refrescado por las corrientes de aire que rodean su gran cerro y una tradición artesanal reconocida mundialmente. Este artículo nos llevará en un recorrido por el “Paseo Lúdico” que enlaza tres lugares icónicos en pleno auge, sin omitir nuestras observaciones de lo que puede mejorarse en cada uno de ellos.

Esta urbe vio nacer al “mejor ecuatoriano de todos los tiempos”, Eloy Alfaro Delgado, líder de la Revolución Liberal de finales del siglo 19 y principios del 20, que lo hizo presidente del país para implantar el reconocimiento de derechos civiles a todos los ecuatorianos e impulsar el desarrollo nacional con obras como el ferrocarril que une a Costa y Sierra.

Allá vio la luz del día la Constitución Política de la República que se encuentra vigente.

Montecristi es una de las tres ciudades fundadoras de la provincia de Manabí, junto a Portoviejo y Jipijapa. Allí se halla la Basílica Menor donde se venera a la Virgen de Monserrate, que año tras año atrae a decenas de miles de peregrinos provenientes de muchos lugares del mundo.

Sus mercaderes son pioneros de la comercialización internacional del sombrero fino de paja toquilla elaborado en este cantón, cuyo tejido la Unesco declaró “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”. Y en este mismo territorio florece la artesanía elaborada con barro cocido, siendo su producto insignia las réplicas de figurillas aborígenes milenarias encontradas por arqueólogos y huaqueros.

De manera que visitar a Montecristi no es tiempo perdido, sino la oportunidad de asomarse a un pedazo del territorio ecuatoriano preñado de leyendas, recursos naturales y laboriosidad social.

El recorrido

Nuestro paseo, un domingo en la mañana, inicia en el Parque Central Eloy Alfaro y su vecina la Basílica Menor, que este día oficia misa cada hora por los devotos que van llegando desde diferentes sitios. Frente al parque, en una esquina, está el palacio municipal reconstruido hace poco. En el lado opuesto se erige el templo con su torre colosal y la aguja muy alta rematada en forma de cruz. Sus dos largas escaleras convergentes amanecieron hoy con muchísimos insectos de invierno muertos en los peldaños.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Detrás de la gran nave del templo hay una calle y allí empieza el “Paseo Lúdico”, una senda de poco más de 500 metros que lleva en zigzag hasta lo alto de “Ciudad Alfaro”, conjunto urbanístico enclavado en la falda del enorme cerro que lleva el mismo nombre del cantón. Al empezar el recorrido hay un conjunto de escalinatas de cemento revestido de cerámica, que elevan al paseante hasta la primera terraza del paseo donde se halla la playa de estacionamiento vehicular y un jardín para recreo.

Los tramos inclinados del paseo tienen piso de listones de madera atravesados, con pasamanos del mismo material. En las terrazas se camina sobre adoquines coloridos, entre arbustos y arboledas. En unas hay juegos infantiles habilitados pero faltos de mantenimiento, bancas y mesas de madera dispuestas para la hora del refrigerio o del almuerzo. Sobre estos muebles hay una estructura pensada para que una enredadera natural provea sombra, pero eso no ha ocurrido todavía y quizás convenga cubrirla con hojas de palmeras o cady.

Todas las terrazas son hermosas por su entorno natural y apacible, así como por el avistamiento panorámico de la ciudad y sus alrededores que se muestran enfrente de ellas. Una de las terrazas tiene canchas deportivas de uso múltiple, abiertas para los visitantes. En todo el paseo es fácil toparse con recipientes para la basura y servicios higiénicos. En la última terraza hay dos grandes piscinas, pero vacías y un helipuerto.

En general, este paseo es ideal para caminar sin prisa en campo descubierto, respirar aire puro y extasiarse con los atributos de la naturaleza. Algunos jóvenes lo suben y bajan en bicicleta. La exigencia es mínima, pero se recomienda protegerse del sol con sombrilla, gorra o sombrero y camisa mangas largas. En el trayecto hay quioscos donde venden agua y otras bebidas refrescantes, además de bocadillos como empanadas de plátano verde rellenas con queso o carne de res o de pollo; sin embargo, nunca está de más llevar su propia botellita con agua y algo de picar.

Al coronar la subida, desde el balcón de la senda puede apreciarse un panorama encantador con toda la ciudad de Montecristi a los pies, las colinas circundantes y la ciudad de Manta en lontananza. Y al volver la mirada a Ciudad Alfaro, lo primero que el paseante ve es el mausoleo en memoria de Eloy Alfaro al frente y el museo etnográfico artesanal a la derecha.

Tour en Ciudad Alfaro

Ha llegado la hora de tomar un tour guiado gratuito por el Centro Cívico Ciudad Alfaro, ingresando primero a la oficina que está a mano izquierda en el hall del edificio que tiene este nombre, donde debe registrarse y sentarse un momento a esperar el turno.

 

En el interior de este edificio, la persona que guía el tour va narrando paso a paso (con ayuda audiovisual y reliquias de aquella época) una historia parcial de la Revolución Liberal, el ascenso de Alfaro al poder del Estado y lo más brillante de su gestión, hasta la escena de su muerte trágica en la “Hoguera Bárbara”. Luego muestra el Salón de la Democracia, donde se aprobó en 2008 el texto constitucional que rige actualmente los destinos del país.

Al dejar ese edificio se pasa al mausoleo, que está enfrente, ingresando a un túnel luminiscente cuyas paredes muestran leyendas alusivas al alfarismo, hasta acceder a la cámara sepulcral que guarda una parte de las cenizas de Eloy Alfaro. Este lugar semeja el vientre de una enorme vasija de barro; en el centro se halla el sarcófago del expresidente y la urna blanca que contiene sus restos. Las paredes sostienen un gran panel con innumerables alegorías en alto relieve del periodo alfarista. En el círculo que forma la base de la vasija se han alineado réplicas a tamaño original de la “Silla Manteña”, trono ceremonial de los jefes aborígenes de esta cultura milenaria.

El city tour finaliza en el interior de un vagón original del ferrocarril construido durante el mandato de Eloy Alfaro. Es un carro para pasajeros “de segunda clase”, con tres asientos de madera alineados a lo largo del cajón. Una pantalla audiovisual simula una ventana que muestra los paisajes de las regiones de Costa y Sierra mientras se viaja. Este vagón, enganchado a una antigua locomotora reconstruida, reposa estacionado a pocos metros del mausoleo alfarista.

En el edificio donde se habilitaron las oficinas de los legisladores constituyentes del periodo 2007 – 2008, funcionan ahora oficinas de diversas entidades estatales que animan la vida de esta Ciudad Alfaro, que también aloja un bien surtido centro comercial de artesanías que atiende todos los días del año.

Usted puede seguir este recorrido de 3 horas empezando de abajo hacia arriba o viceversa. Si se moviliza en vehículo propio, bien puede estacionarlo con seguridad en cualquiera de los dos extremos. Si viaja en vehículo de uso público, normalmente le dejará al pie de la Basílica, salvo que se trate de un colectivo expreso que lo llevará directamente a Ciudad Alfaro. De Manta a Montecristi y viceversa hay turnos cada 15 minutos y el valor del pasaje es de medio dólar norteamericano por un trayecto de menos de media hora.

José Risco Intriago, Manta 22 de febrero de 2016.