Propuesta para que la celebración por el Día del Padre sea más memorable, significativa y satisfactoria.

José Risco I.

Por José Risco Intriago *

El origen de la humanidad, según la creencia religiosa, es creación de un Dios todopoderoso. Él creó a los primeros humanos: Adán y Eva que luego serían, el uno, padre y, la otra, madre. Esto significa que Dios es el Padre primigenio y supremo.

Siendo así, en el Día del Padre -inventado por los humanos- es a Dios a quien debemos tener siempre en primer lugar de la celebración, agradeciéndole por toda su creación vasta, magnífica y maravillosa, de la que los seres humanos formamos parte.

Este contenido es parte de REVISTA DE MANABÍ

Cumplido ese reconocimiento venturoso y elemental, corresponde alabar la vida del padre biológico de cada uno de nosotros. Porque el padre es coautor inseparable de la vida de cada hijo/a, siendo ese su mérito mayor pero no el único, porque los padres conscientes de su misión responsable, procuran todo el abrigo, la protección y todos los bienes indispensables para el correcto desarrollo de sus hijos.

Volviendo a lo que predica la religión, cuando un ser humano llega al final de su vida, en realidad fallece el cuerpo deteriorado por el paso de la existencia terrena; pero su espíritu continúa viviendo a través de la reencarnación, que me imagino sucede por medio de los nuevos descendientes de su propia familia. Esto supone el deber de los hijos de proseguir honrando a su padre aun luego de enterrar su cuerpo inerte.

Por cierto, honrar equivale a respetar, enaltecer, elogiar, distinguir, reconociendo todos los merecimientos.

En la algarabía que discurre cuando se celebra el Día del Padre -entre comidas, bebidas y regalos-, sería provechoso un espacio en el que transcurran los recuerdos que, por gratos y emotivos, resultan memorables. Es decir que, durante la reunión de cada familia, se diga con entusiasmo lo más preciado que nuestra memoria guarda de lo que ha sido y es nuestro padre, haciendo brillar su vida para regocijo y orgullo de la familia, y para el aprecio de quienes alrededor llegan a conocer de aquella vida meritoria.

Permitidme, por favor, que tome la iniciativa y resuma, en esta parte final de mi escrito, lo que me orgullece de mi padre.

Don Héctor Malaquías Risco Ponce nació en el Cantón Bolívar (Manabí), pero casi toda su vida transcurrió en el Cantón Chone, donde contrajo nupcias con mi madre, doña Bertha Luciana Intriago Cedeño, de cuya unión hubo 7 hijos: Olga Fátima (+), Héctor José 1 (+), Héctor José 2, Rosa Ruth (+), Aldo Navarino (+), Cena (Carmen) del Rosario y Rubén Antonio.

Fue un carpintero de ribera (construía canoas) y de obras tales como viviendas, puentes, cercos para corrales y otras; por su desempeño correcto era reconocido y apreciado en Chone, particularmente por los dueños de las grandes haciendas en esa época (decenios de 1940, 1950 y 1960). Fue una persona divertida, solidaria y muy laboriosa. Falleció en Manta en el año 1973 y su cuerpo descansa en el cementerio Parques de los Recuerdos.

* José Risco Intriago es fundador y director en funciones de REVISTA DE MANABÍ. Manta, Ecuador.

Centenario del Cantón Manta (1922 -Nov. 04- 2022).