“El PADECIENTE PAÍS dejó de ser paciente y demanda de un EMERGENTE tratamiento para salvar su vida; pero  también de un URGENTE accionar para  complementar su curación.”

Por Ricardo Cobos C. *

Los males del cuerpo se expresan en término de ENFERMEDAD; los males del alma en términos de DEFECTOS MORALES; y los de nuestras sociedades, pueblos e instituciones, en términos de CRISIS.

    CIERTO es, también, que así como las enfermedades, para su CURACIÓN integral y completa requieren ser:   *diagnosticadas POR SUS CAUSAS, *acertadamente tratadas y *rehabilitación del órgano o miembro enfermo, cuando es el caso, los males del alma y las crisis TAMBIÉN se sujetan a las mismas ESTRATEGIAS para su SOLUCIÓN.

    De otra parte,  dependiendo de la COMPLEJIDAD de la enfermedad, esta puede ser curada por un MÉDICO cuando es obvia y sencilla, o requerirá de una JUNTA MÉDICA si resulta compleja.

Más temas aquí, en REVISTA DE MANABÍ:

    El país, sus comunidades e instituciones están padeciendo una GRAVE ENFERMEDAD que puede y DEBE ser superada, cuyas causas requieren de un DIAGNÓSTICO prolijo, cuidadoso y profundo; de una TERAPIA INTENSIVA (inter y multidisciplinaria) para su curación; y de enorme dosis de REFLEXIÓN, acopio consciente de su realidad y de PROPÓSITOS DE ENMIENDA y RECTIFICACIONES para su imperiosa rehabilitación.

    El PADECIENTE PAÍS dejó de ser paciente y demanda de un EMERGENTE tratamiento para salvar su vida; pero  también de un URGENTE accionar para  complementar su curación.

   La EMERGENCIA implica acciones inmediatas y radicales para que no muera el enfermo; y la  URGENCIA, en el ejemplo comparado, estaría vinculada con  un modelo, plan o proyecto PRAGMÁTICO, creativo e integral, que a mediano y largo plazos, y en tiempos definidos para ser cumplidos, establezca la hoja de ruta hacia objetivos más cimentados de CERTEZAS.

    No es lo mismo OBVIO que  EVIDENTE. Es obvio que el país está enfermo, pero es evidente que hasta ahora no  existen decisiones inteligentes, eficaces y eficientes para un acertado diagnóstico, un correcto tratamiento, una lógica rehabilitación; ni, de manera especial, una  robustecida y sólida PROFILAXIS que evite las recidivas o recaídas de la enfermedad de nuestra PADECIENTE NACION, expresada la enfermedad en términos de desorden, corrupción, inseguridad, injusticias, ATRASO EDUCACIONAL, ingobernabilidad, desactualizado e inmediatista accionar del APARATAJE ADMINISTRATIVO público, insensibilidad social y afectación de la salud mental de nuestra población, sumida en el desconcierto y la frustración.

   Lo descrito implica, por obvias y lógicas razones, una dura, difícil y titánica tarea, que demanda acertados liderazgos, mucha DISCIPLINA, acuerdos entre protagonistas desprovistos de egoísmos y ambición, posiblemente íntegros e inteligentes; no perfectos, pero sí prevalidos y revestidos de enorme amor al PADECIENTE PAIS que aspira -algún día- la pronta recuperación de su larga y penosa enfermedad; y que, además, DEBERÁ   comprender y aprender que la mejor solución para la enfermedad no está en su curación, sino en su PREVENCIÓN.    

* Ricardo Cobos C. es doctor en cirugía plástica (estética y reconstructiva), especializado en Argentina. Su lugar de residencia habitual es la ciudad de Manta, provincia de Manabí, República del Ecuador. Recibe correspondencia en esta dirección electrónica: riccoboscas@hotmail.com Es la primera vez que un artículo suyo se publica en REVISTA DE MANABÍ, que le da la bienvenida.