Motivado por escudriñar en el fabuloso pasado pre colonial de la provincia de Manabí (Ecuador), el jurisconsulto y escritor mantense Víctor Arias Aroca está inmerso en desentrañar el contenido de viejos libros de historia y a partir de ahí escribir su propio libro temático que presentará en la próxima celebración del bicentenario de esta provincia. Mientras tanto, en el siguiente artículo nos adelanta un poco de su impresionante descubrimiento.

Por Víctor Arias Aroca *

Para ingresar en los códices del pasado hay que tener mucho respeto por la historia. Con mayor razón si se trata de estudiar a una provincia rica en motivos y vivencias. Cada capítulo debe ser tratado con prolijidad y ubicando exactamente, cada momento histórico, en su temporalidad.

El territorio que conforma la provincia ha estado siempre en la memoria de los cronistas de Indias, en el estadio inicial de la conquista española, referido como corregimiento de Portoviejo, aunque en varios textos aparece como Cancebí. Lo de corregimiento, en razón de que las tierras más importantes, que pasaron al poder del rey, tenían como autoridad a un corregidor.

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Para tener al menos una idea general de la antropología socio cultural del hombre de Manabí, hay que leer mucho; desde los cronistas de indias, pasando por el padre Juan de Velasco, Temístocles Estrada y WIlfrido Loor, que dejaron sembrada la simiente del conocimiento específico.

Los historiadores actuales, como Libertad Regalado, Ramiro Molina, Jaime Alcívar, Tonny González, Tatiana Hidrovo, Manuel Andrade, Joselías Sánchez; y también Gino Martini, Dumar Iglesias, Medardo Mora, Ramón Chávez, Jhon Milton Palma, entre otros, que nos otorgan indicios fabulosos de cómo se originó la provincia de Manabí, hasta su constitución como provincia en 1824.

En esta parte, corresponde investigar a las culturas originarias del territorio, las que llegaron o las alteraciones que sufrieron nuestros pueblos con la llegada de los Incas a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, sin entrar en los detalles de los estudiosos Florentino Ameghino y Paúl Rivet, y los ecuatorianos Francisco Huerta Rendón, Oscar Efrén Reyes, y lo que los cronistas registraron sobre nuestros pueblos (Bartolomé Ruiz, Cieza de León, Guamán Poma de Ayala). De modo que hay mucho por incorporar en un estudio actualizado y pormenorizado de la provincia de Manabí.

Sin embargo, existen datos muy importantes que trataré de compilar aquí. Por ejemplo, la profesora Carmen Fauría, de la Universidad Complutense de Madrid, que fue parte del Primer Encuentro de Investigadores de la Costa Ecuatoriana en Europa, y estudio la arqueología y etnohistoria mientras estuvo en el Ecuador en una maestría, sostiene la capacidad de dominación que habrían ejercido las tribus costeñas del Ecuador sobre otras tribus más al sur.

También es importante analizar a sus compañeros Aurelio Álvarez y Luis Miguel Glave, éste último que publicó su estudio denominado Hombres de Mar y Caciques de la Costa Ecuatoriana en los Inicios de la época colonial. Estos estudiosos realizaron nuevos aportes al conocimiento de la historia pre colonial, desde 1993 hasta la presente fecha.

Libertad Regalado sostiene, en la página 96 de su obra llamada «Indigenismo e Identidad en Manabí», un dato sensacional según el cual, en el mapa mundi de Juan Caboto, de 1544, ya aparecen mencionados los nombres de pueblos originarios de la costa manabita que pasaron a ser poblaciones, tales como Cojimíes, Charapotó, Chirijo, Peminche, Jaramijó, Bahía de Caráquez. Tambien aparece el nombre de Manabí, en el mapa de Joan Bleau, fechado en Holanda en 1665.

A su vez, dice Regalado, que en la toponimia del territorio manabita ya aparece el nombre de Cancebí, en definitiva la provincia de Portoviejo desde 1531, en alguna referencia de Pedro Pizarro. Esto es largo y complejo de explicar; lo que señalo es solo un extracto.

De acuerdo con Tonny González, en su obra Fracciones de nuestra Historia, «El cronista Cabello de Balboa, menciona el interés inicial de los españoles por la región, pues la cantidad de oro y esmeraldas que arrancaron a los indígenas de Coaque les dio la idea de abundancia. De allí que implementaran una política de implacable agresión física, persecución -inclusive arrasando a varias comunidades aborígenes-. Por otro lado decidieron el establecimiento temprano de asentamientos españoles, como Portoviejo, fundado en 1535 y Manta en 1565«.

Citando a Wilflrido Loor dice que “(…) Portoviejo, Jipijapa y Montecristi, constituyeron un asiento en la conformación de una región, en base a un circuito mercantil que los comienza a identificar, pero que no era otra cosa que la recuperación y reivindicación de sus ancestrales acciones de mercado

Las culturas primigenias de Manabí aparecen desde aproximadamente 7 mil años antes de Cristo, y mantienen su esencia, sus costumbres, su religión y su habla, hasta 1525 después de Cristo, en que llega la invasión española.

A la llegada se los españoles, las civilizaciones ecuatorianas, en especial las manabitas, han alcanzado un notable desarrollo que les permitió tener un orden socio económico, un cacique o regente, es decir una autoridad pública y una religión que incluía el culto a la diosa Umiña y otros ídolos. Durante la conquista el Ecuador carecía de nombre y solo se hablaba de las tierras del Perú.

De acuerdo con Fernando Jurado, escritor ecuatoriano, entre 1464 y 1470, Túpac Yupanqui llegó a Manabí y constató personalmente la construcción de las balsas manteñas. Por eso debemos recordar que a la llegada del primer español en 1525-26, el imperio Inca estaba gobernado por Huayna Capac, hijo de Túpac Yupanqui. Esta referencia proviene de la necesidad de conocer la trascendencia de los pobladores originarios en los hombres y tiempos actuales.

Y acerca de la lengua común que podrían haber empleado los pueblos de Manabí, Libertad Regalado señala cuatro probables dialectos, sin señalar en forma exacta una lengua única. Estas han podido ser: náthual, Chibcha Mochica, tsa fiki, awapit. Cita a González Suárez, a Viliulfo Cedeño, (citado a su vez por Molina Cedeño) y otros, pero haciendo notar que la colonia impuso la lengua castellana y esto marcó un poco la desaparición, por falta de uso, de las lenguas ancestrales.

Lo del náthual se explica por cuanto ya se ha demostrado que la Cultura Manteña y los navegantes costeños de Manabí llegaron a México y mantuvieron, por décadas, relaciones comerciales e intercambios constantes con Mesoamérica.

En la obra que me propongo desarrollar para ser publicada y entregada en la celebración de los 200 años de la provincialización de Manabí, el próximo año, haremos un despliegue mayor acerca de este tema y además enunciaré la extensión geográfica-territorial que incluía otras de las hoy provincias: su dimensión, su producción y el modo de vida que llevaron nuestros ilustres antepasados, y lo que hemos heredado como sociedad organizada.

En todo caso, la provincia de Manabí está cubierta por un pasado grandioso, que debemos proteger y difundir para que a nuestros hijos y nietos no los abrume la niebla del olvido.

FUENTES:

  • Fracciones de Nuestra Historia. T. González.
  • Indigenismo e identidad en Manabí. L. Regalado.
  • Libro del Centenario. V. Arias.
  • Manta en la Historia. Ramón Chávez García.
  • Hombres de Mar y Caciques de la Costa Ecuatoriana. L.M. Glaves.
  • Otros: Marshall Saville, Joselías Sánchez, Viliulfo Cedeño, Ramiro Molina, Jhon Milton Palma.
  • Artículos varios.

* Víctor Arias Aroca, nacido y residente en la ciudad de Manta (Ecuador), es doctor en Jurisprudencia. Diplomado en Derecho Constitucional por la Universidad Pública de El Alto – UPEA (Bolivia), y por el Instituto Latinoamericano de Investigación y Capacitación Jurídica – Latin Iuris (México). Su e-mail: corporacionarias@gmail.com