El pueblo de la República del Ecuador se halla sumido en una crisis existencial de grandes proporciones. Sin alguien que lo guíe con lucidez hacia derroteros de bonanza, armonía social y certezas promisorias, está al vaivén de mezquindades, egoísmos y disputas agresivas.
Claramente necesita un liderazgo sabio y honesto que lo encamine a una rectificación sosegada. Y la oportunidad puede ser la próxima elección presidencial entre una mujer y un hombre, contrastando sin fanatismo los antecedentes de la una y el otro, así como su correspondiente preparación académica, experiencia profesional, logros en el ámbito del servicio social y cumplimiento de responsabilidades cívicas.
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El conjunto poblacional del país requiere un liderazgo apartado de compromisos grupales o sectoriales, libre para tomar decisiones que beneficien a toda la sociedad, y firme para sostenerlas. Porque la gobernanza de un Estado requiere independencia para proceder con criterios de responsabilidad social, oportunidad, eficacia, respeto a los derechos ajenos, justicia, equidad y visión de futuro.
Los electores debemos examinar a conciencia la hoja de vida de la candidata y el candidato, escrutando más allá de los títulos académicos, las distinciones comprometedoras y los cargos desempeñados. Es indispensable saber del comportamiento social individual a través de los años, porque en esto puede verse con claridad el carácter verdadero y la personalidad innata de cada cual.
Quien presida el Gobierno ecuatoriano ha de ser un ejemplo de virtudes, empezando por un buen manejo de su temperamento a fin de conciliar los ánimos de todos cuantos actúan en la vida pública; esto es básico y esencial. Luego tiene que dar muestras de sapiencia en cuanto a las necesidades y prioridades nacionales, y en cómo satisfacerlas de manera pronta y eficiente.
Además tiene que ser tolerante a las divergencias de quienes piensan y actúan de manera distinta, porque la humanidad está hecha de individualidades diferentes. En saber armonizar las diferencias está la clave de toda gestión exitosa y duradera.
Entre la candidata y el candidato, ¿cuál coincide mejor con los atributos aquí expuestos? Responda con su voto el próximo domingo 15 de octubre.
Editorial de REVISTA DE MANABÍ.
