En días recientes, como parte de las actividades de la Semana Ecuatoriana en Nueva York (Estados Unidos de Norteamérica), el periodista David Ramírez Bravo tomó la iniciativa de congregar en el Museo Americano de Historia Natural a una selecta delegación de Manta (provincia de Manabí, Ecuador), para promover la Silla Manteña como la ‘marca’ de esta ciudad.

Uno de esos muebles históricos se destaca nítidamente en el Museo referido, de gran prestigio mundial, por lo que allí debía promoverse a la silla como un símbolo indiscutido de la cultura manteña original. Para esto ayudó la organización Manta Centenaria encabezada por el comunicador telemático Milton Chóez.

Con los mantenses reunidos en el Museo, correspondió al activista cultural Vladimir Zambrano pronunciar el discurso promocional, basándose en la historia de la Cultura Manteña y del uso que tenía en esta esa pieza de piedra sólida.

El simbolismo de la Silla Manteña

Lo que sigue es la disertación adaptada de Vladimir Zambrano, pronunciada el día jueves 8 de agosto del 2024:

Señores Museo Americano de Historia Natural; autoridades y representantes de la ciudad de Manta; miembros de la comunidad manabita residente en NY; miembros de Manta Centenaria de Europa y de Estados Unidos. Invitados todos.

La Cultura Manteña, que es nuestro principal rasgo histórico, estuvo presente en el litoral ecuatoriano desde el año 500 hasta 1532 d. de C. (después de Cristo). Fue la última sociedad prehispánica asentada en la región costera del Ecuador, desde Bahía de Caráquez hasta el Golfo de Guayaquil.

La historia tras estudios arqueológicos

Importantes publicaciones de historiadores manabitas (Tatiana Hidrovo, Libertad Regalado, Joselías Sánchez, Ramiro Molina, Jaime Alcívar, Víctor Arias, el profesor Ramón Chávez), nos han suministrado valiosos datos sobre su formación y desarrollo, basados en los estudios de Saville, Jijón y Caamaño, Emilio Estrada, Francisco Huerta Rendón, Presley Norton, Jorge Marcos Pino y Colin McEwan con María Isabel Silva.

Libros con la historia de la Cultura Manteña. / FOTO: Enviada por Vladimir Zambrano G.

Los primeros estudios los hizo el arqueólogo y explorador americano Marshal Saville, profesor de la Universidad de Columbia, (cuyos resultados constan) en su obra Antiquities of Manabi, en la que describe a una espléndida civilización. En el 2020, en un artículo publicado en la Revista de National Geographic, por los arqueólogos españoles, Lauro Olmos y Manuel Castro, profesores de la Universidad de Alcalá de Henares, se reseña: “Saville desembarcó en la costa ecuatoriana con el fin de obtener piezas arqueológicas para los museos estadounidenses. Allí descubrió uno de los asentamientos centrales de esta cultura: Cerro de Hojas-Jaboncillo, junto a un importante conjunto de sillas monumentales (de) piedra.”

La importancia del hallazgo hizo que el New York Times publicara, en septiembre de 1907, una noticia sobre la aparición de «una nueva civilización», en un artículo titulado «A unknown race found in the tropics» (Descubren una raza desconocida en los trópicos), que supuso el primer conocimiento internacional de esta cultura.

Desarrollo de la Cultura Manteña

Los estudios posteriores dan cuenta de un imponente desarrollo de esta cultura, la misma que se mantuvo hasta que, según el historiador Joselías Sánchez, en 1526 apareció en las costas de Manta un bergantín llevando a bordo al primer conquistador español, Bartolomé Ruiz, quien divisó a la imponente balsa manteña, como lo reseña también Víctor Arias en su publicación del 2023, “La gran historia de Manta”.

Ya desde el siglo XVI, Manta aparecía en las cartas geográficas más reconocidas. Desde 1526 hasta la terminación del Tahuantinsuyo en 1533, los españoles tomaron como referencia la ensenada de Manta y las tierras al sur del Cabo Pasado. De igual modo, al dar cuenta a la reina de España, Pedro de Alvarado se refiere al lugar como San Pablo de Manta, desde el 2 de marzo de 1534.

De los estudios de los nombres originarios, Libertad Regalado habla de los Paches, como nombre denominador de la población de esta región, que Jacinto Jijón y Caamaño, en 1952, los agrupó como la cultura/civilización manteña y habló de ellos como una “Liga de Mercaderes”, de quienes indicó que eran la única civilización ecuatoriana que hizo extenso el uso de la piedra para sus construcciones y manifestaciones artísticas.

Estos Paches, Cultura Manteña, tallaron sillas de piedra en forma de U, las mismas que han sido halladas en cinco cerros de la zona: Cerro de Hojas – Jaboncillo, Montecristi, Jupe, Agua Nueva y Agua Blanca.

La Silla, en Europa y EE.UU.

Cuando Saville excavó en Manabí, ya antes habían llegado a Europa sillas de piedra, exhibidas en algunos museos, señalan Tatiana Hidrovo y Jorge Marcos Pino. Mencionan el Museo “Luigi Pigorini” de Roma, en 1853, puesto que -explican Hidrovo y Marcos- se enviaban sillas a Europa en los barcos que venían a cargar tagua en Manabí.

Hoy se exhiben sillas manteñas en reconocidos museos de EE.UU.: en New York, Washington D.C. y New Haven. En Europa: en Londres, París, Barcelona, Bruselas, Viena y Berlín; y en Sur América: en Santiago de Chile y Buenos Aires.

Símbolo de jerarquía y ritualidad

La Silla Manteña, única en el mundo por su diseño, es un símbolo de jerarquía y ritualidad, usada de forma exclusiva por la élite gobernante y por los chamanes, quienes tenían un amplio dominio del mar, y fueron hábiles pescadores y navegantes, que pudieron remontar en sus balsas el Pacífico y llegar con sus productos hasta Mesoamérica y a los pueblos de Sudamérica con la concha spondylus, convirtiéndola en un elemento con un alto simbolismo ritual y económico.

Réplica original de la Silla Manteña. Museo Americano de Historia Natural, Nueva York. / FOTO: Enviada por Vladimir Zambrano G.

Esta tradición comercial marítima se sigue conservando en la actualidad, y el puerto de Manta -ciudad heredera del caserío del Jocay- basa su economía en el comercio y la pesca industrial. Para conmemorar esta tradición existe una “Fiesta del Comercio” y, desde el 2024, el Festival Mundial del Atún.

La ciudad de Manta y su ‘marca’

Manta es una oportunidad para toda la región, con un puerto marítimo internacional y un aeropuerto en despegue hacia el mundo. Una ciudad vinculada de forma estrecha con el tejido del sombrero de paja toquilla y con la capacidad de mostrar toda la gastronomía manabita; dos patrimonios de la región: el primero, declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de Humanidad, en el 2012; y, el segundo, como Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador en el 2018.

Patrimonios que demandan de una marca-ciudad, que recoja su identidad patrimonial y las capacidades productivas, industriales, comerciales de la ciudad y la región, para viajar alrededor del mundo y proyectar a nuestra milenaria cultura como un destino a llegar, comerciar, invertir y vivir.

Vladimir Zambrano Galarza, durante su disertación en el Museo Americano de Historia Natural, Nueva York. / FOTO: Enviada por V.Z.G.

Entre 1887 y 1889, en París se erigió la Torre Eiffel; en el año 1900 su imagen fue la insignia de su ciudad en los Juegos Olímpicos de París. En 1886, en Nueva York se inauguró la Estatua de La Libertad, y desde su origen se declaró oficialmente su imagen como emblema de la ciudad.

Podríamos seguir enumerando otras imágenes y signos como marcas de su ciudad: el Coliseo, en Roma; la Puerta de Brandemburgo, en Berlín; el Cristo Redentor de Río de Janeiro; la Rotonda, en Guayaquil; el Panecillo, en Quito. Lo cierto es que, hoy, cada una de esas imágenes son las representaciones más identitarias de sus ciudades; los legados más importantes, porque recogen la parte más esencial de sus propias historias. Son su marca ciudad.

¿Necesitamos en Manta un signo emblema que sea una marca de identidad de nuestra ciudad? Aquí lo tenemos, señores: La Silla Manteña.

Sentido de pertenencia

La marca insigne de la ciudad contribuirá a una apropiación de un sentido de pertenencia y una identidad por cuidar; a ser más conscientes del legado histórico, del patrimonio y de la infraestructura de la actual ciudad, que necesita su cuidado y promoción desde el aporte y vinculación de cada habitante.

La Silla Manteña nos representa internacionalmente, sin duda, y su emblema aportará a construir el compromiso de los mantenses de representar a la ciudad en todos los ámbitos, de la mejor forma posible.

Muchas gracias.

* Vladimir Zambrano, escritor y gestor cultural, miembro del Comité Cívico de la Memoria Histórica de Manta, maestrante en Investigación Social por la ULEAM. Actualmente radicado en Nueva York, EE.UU.