Hace pocos días REVISTA DE MANABÍ invitó a sus lectores a proponer ideas para mejorar, de modo general, la vida de los manabitas. Hasta el momento se han recibido y publicado tres propuestas, pero esperamos más.
De los tres primeros proponentes, dos radican en la ciudad de Manta y uno en la ciudad de Guayaquil: Ramón Cevallos Intriago, caricaturista; Ricardo Cobos Castillo, cirujano estético; y, Pedro Pablo Jijón Ochoa, asesor agrícola; en ese orden.
Los dos primeros enfocaron su propuesta en que sea mejorado el sistema educativo y el político, mientras el tercero planteó mejorar la gobernanza pública seccional y puntualizó algunas iniciativas.
Nuestra propuesta
Hoy, esperando a que lleguen a nuestra Redacción más propuestas de qué y cómo hacer para mejorar la calidad de vida de la población manabita, REVISTA DE MANABÍ expone la suya.
La población de la provincia de Manabí, como la de muchos otros territorios del Ecuador y el mundo, tiene ante sí numerosos problemas colectivos que resolver. Pero ninguno será solucionado debidamente sin la predisposición a mejorar, antes, el comportamiento individual y social de la gente.
En una sociedad basada en normas, generalmente aceptadas pero limitantes, la gente con amplios y buenos conocimientos es la mejor posicionada en condiciones de dominación. La mayoría queda en situación dependiente y proclive a todo tipo de carencias que obligan a los menos preparados a romper las normas para poder subsistir.
Instrucción basada en la ética
La preparación que aludimos concierne a la instrucción que se imparte a cada individuo. Esta se inicia en cada hogar, continúa en la escuela básica, es profundizada y ampliada en el colegio secundario, y especializada dentro de la universidad para el respectivo ejercicio profesional.
Pero esta instrucción debe sostenerse sobre pilares fundamentales de buena conducta personal y estructurarse con sólidos principios de responsabilidad social. Y esta estructura llenarla con los conocimientos científicos y técnicos necesarios, más las destrezas correspondientes, para un correcto desempeño profesional.
Defectos a corregir
Lamentablemente, distintos factores hacen que mucha gente se prive de una educación así, empezando por la estructura defectuosa del Estado con sus respectivas instituciones, que privilegian lo material por encima del comportamiento humano. Y los defectos de la gobernanza pública se derraman en cascada, bañando malamente al conjunto de toda la sociedad ecuatoriana.
Es así como, en general, el sistema educativo ha caído en una espiral degenerativa cuyas consecuencias están en el sentir diario de todos: negligencia, irresponsabilidad, contubernio, corrupción, crimen organizado, vandalismo, ilegalidades, irrespeto, patanería, apropiación de lo ajeno, fraude, linchamiento mediático, etc.
Poner buen ejemplo
De ahí la pertinencia de proponer un cambio de actitud que sea encabezado por los más altos directivos del Estado, comportándose sabiamente para servir de modelo y ejemplo a seguir por todos los ecuatorianos. En el caso particular de Manabí, ese modelo deben ser quienes gobiernan la provincia, los cantones y las parroquias.
Y es a estos manabitas que, como profundos conocedores de la realidad en sus respectivas jurisdicciones, compete disponer la redacción actualizada de proyectos de ley para hacer las mejoras necesarias en todos los ámbitos del quehacer humano en Manabí. Y esos proyectos ponerlos en manos de los asambleístas que representan a esta provincia, con el fin de que sean tramitados en la Asamblea Nacional de la República.
Los gobernantes manabitas -necesario es advertirlo- tienen que, primero, actualizar las ordenanzas de sus respectivas jurisdicciones.
Y al conjunto de la ciudadanía, que por fuerza de ley es el mandante, corresponde situarse por encima de sus mandatarios e iniciar ya ese cambio de actitud, desterrando para siempre lo que le molesta de otros y no quiere para sí mismo.
