El día martes 24 de junio del presente año 2025, REVISTA DE MANABÍ propuso a sus lectores considerar el comportamiento social como fundamento para obtener la mejoría integral de la provincia de Manabí (Ecuador). Esa propuesta es complementada y ampliada hoy con el planteamiento que sigue.

La provincia de Manabí es lo que es y tiene, en primer lugar gracias al sustento básico provisto por la Naturaleza; y, después, al talento y trabajo de sus pobladores a lo largo de muchas generaciones. Su situación actual es promisoria, teniendo en cuenta sus recursos naturales y su cada vez más culta población, con ambiciones de alcanzar más y desafiantes logros.

Sin embargo, enfrenta numerosos y variados problemas que atentan contra su desarrollo e inquietan a la población. Y aunque parezca paradójico, son obstáculos inintencionados creados por su propia gente (en la mayoría de los casos) y por gente de otros lares que influyen dentro de casa. Son trabas que nacen de un impensado comportamiento ciudadano defectuoso.

Sensatez y buena intención

El proceder de las personas es clave para el aprovechamiento racional de los recursos naturales que llevan a la prosperidad y al desarrollo social de los países o naciones. Si la gente piensa y actúa con sensatez y buena intención, el resultado de su accionar es positivo; pero si ese accionar es lo contrario, la consecuencia es negativa.

Todas las personas necesitamos un ambiente de positividad para ser productivos y contribuir a que la nación progrese y desarrolle armoniosamente todas las potencialidades que posee a fin de alcanzar un grado de bienestar general satisfactorio para el anhelo de las mayorías.

Por esto, pensando en la provincia de Manabí, es indispensable que toda su gente asuma un comportamiento ciudadano ajustado a las buenas costumbres personales y al ordenamiento jurídico establecido en el país, acompañándolo con una gran fuerza de voluntad que impida infringir esas reglas éticas y de legalidad.

Desterrar anarquía y desfachatez

Actualmente se impone un estado generalizado de anarquía y desfachatez, influenciado en gran medida por la proliferación incontrolada de medios de comunicación masiva, particularmente las redes sociales alojadas en la Internet, cuyos contenidos están preñados de medias verdades, infundios, maledicencia, groserías, engaños, difamación, y más artimañas.

Esto induce a un comportamiento ciudadano desdeñable, que se manifiesta en el quehacer común del día a día.

Por ejemplo, valerse de influencias y sobornar o exigir soborno, para: darle agilidad a los trámites, dejar sin sanción las faltas, conseguir un empleo, hacer contratos amañados, ocultar hechos punibles, favorecer con un voto, falsear las calificaciones, saltarse la fila de quienes aguardan frente a una ventanilla, torcer una sentencia, evitar la cárcel o salir de allí, inflar las facturas de compras.

Ganar sin atropellar

Debido a la incorrecta interpretación del sistema económico capitalista, mucha gente solo actúa pensando en obtener las máximas ganancias posibles, aunque tal actitud implique perjudicar a otros, por lo general quienes les ayudaron a obtenerlas. Todo es el dinero, venga de donde y como venga.

Esas actitudes de lucro desmedido y atropellador crean resentimientos y necesidades acuciantes que inducen a la perversión, y esta lleva directamente a la inseguridad pública expresada en abusos, amenazas, maltratos, robos, asaltos, extorsiones, crímenes, incumplimientos, etc.

Y en un ambiente así, cargado de temor y desesperanza, es desestimulante y muy complicado crear, producir, industrializar, comerciar; desarrollar actividades educativas, artísticas, deportivas, turísticas, religiosas, promocionales y, en general, todas las que corresponden al quehacer diario de una población.

Sin embargo, este problema social no se soluciona únicamente con medidas coercitivas que acaso acaban con unos perpetradores del mal pero a la vez abren paso a quienes ocuparán su lugar.

Cambio de actitud generalizado

Primero es indispensable provocar un cambio de actitud generalizado, empezando por las autoridades públicas que gobiernan y las que orientan y educan a la población. Si ellas actúan con rectitud, los ciudadanos gobernados y orientados también lo harán.

El buen comportamiento ciudadano es, sin duda, la clave para progresar materialmente, desarrollarse socialmente y vivir feliz.

* Esta propuesta está enmarcada en la promoción cívica de REVISTA DE MANABÍ, iniciada el día miércoles 11 de junio del presente año 2025, en la que invita a sus lectores a proponer ideas que contribuyan a elevar el nivel del desarrollo provincial de Manabí.