Quien adquiere un automóvil por primera vez, experimenta la gran emoción de hacerse con un medio de transporte propio, símbolo de prosperidad y mejor posicionamiento social.   

Sin embargo, los propietarios primerizos deben enfrentarse a una serie de obligaciones costosas para ellos, además de responsabilidades frente al ordenamiento social.

Entre las primeras están cuidar bien el vehículo y mantenerlo funcionando de manera segura, eficiente y duradera. Y, en cuanto a la responsabilidad social: obtener la licencia de conducir, matricular el automotor, respetar las normas de tránsito, entre muchas otras.

Mantener el auto en buen estado no solo es una cuestión de seguridad, sino también una forma de evitar gastos imprevistos, optimizar el rendimiento y preservar el valor del vehículo a largo plazo.

Para que la emoción por la independencia locomotriz sea satisfactoria y duradera, publicamos el siguiente “Manual de Supervivencia”, contribución informativa de Augusto Padilla, gerente de Operaciones de Terpel Ecuador.

Es una guía práctica, con recomendaciones esenciales que todo nuevo dueño de auto debe conocer, para cuidar su vida y la de quienes crucen su camino, además de la inversión hecha en el automotor, desde el primer kilómetro que recorra conduciendo su flamante adquisición.

Manual de Supervivencia

Familiarízate con el manual del fabricante: Puede parecer obvio, pero muy pocos nuevos conductores leen el manual del auto. Este documento contiene información esencial sobre intervalos de mantenimiento, tipo de aceite recomendado, presión de neumáticos y alertas del tablero. Revisarlo, al menos una vez, puede ayudarte a evitar errores y entender mejor cómo funciona tu vehículo.

Revisa los niveles con frecuencia: Cada dos semanas, dedica unos minutos a verificar el estado general de tu vehículo. Revisa el nivel de aceite del motor (preferiblemente con el auto en frío), así como el refrigerante, el líquido de frenos, el lavaparabrisas y la presión de los neumáticos. Estas comprobaciones básicas pueden evitar problemas mayores.

Muchas fallas mecánicas se pueden prevenir con una simple revisión visual. La constancia en estos chequeos puede marcar la diferencia entre un auto en buen estado y uno con daños graves”, recomienda Padilla.

No esperes a que algo falle para actuar: El mantenimiento preventivo es más barato que una reparación mayor. Es recomendable hacer una revisión general cada 5.000 km o cada 6 meses, incluso si el auto parece estar en perfecto estado. Cambios de aceite, filtro de aire y revisión de frenos deben ser parte de tu rutina como conductor.

Llena el tanque con anticipación y en lugares confiables: Evita esperar a que se encienda la luz de reserva. Circular con muy poco combustible puede provocar que impurezas del tanque lleguen al motor o que la bomba trabaje forzada. Además, abastecerse en estaciones de servicio que garanticen calidad en sus productos es clave.

Elige siempre combustible limpio, con controles de calidad certificados. Eso protegerá el motor y mejorará el rendimiento del auto”, explica el ejecutivo.

Aprende a interpretar el tablero: El tablero del auto es un “lenguaje visual” que te informa cómo está funcionando el vehículo. Cada luz que se enciende tiene un propósito específico y muchas de ellas advierten sobre posibles fallas mecánicas o eléctricas. Las más importantes, como la del aceite, la batería, el motor o los frenos, requieren atención inmediata, ya que pueden indicar desde una baja de presión en el sistema hasta un riesgo de daño grave al motor. No ignores estas señales. Si una luz permanece encendida o parpadea sin motivo aparente, lo más prudente es detenerse de forma segura y acudir a un técnico de confianza.

Cuida cómo manejas: Evita frenazos innecesarios, aceleraciones bruscas o subir bordillos sin precaución. Estos hábitos afectan los frenos, la suspensión y los neumáticos. Un estilo de conducción suave ayuda a prolongar la vida útil del vehículo y mejora el consumo de combustible.

Estaciona inteligentemente: Dónde y cómo estacionas tu auto también influye en su estado a largo plazo. Siempre que sea posible, busca un lugar con sombra para evitar que la exposición directa al sol dañe la pintura, reseque los plásticos del interior o deteriore el tablero. Además, evita dejar el vehículo con el volante completamente girado o con el freno de mano excesivamente ajustado durante largos periodos, ya que esto puede generar tensiones innecesarias en la dirección o el sistema de frenos. En superficies planas, es recomendable complementar el freno de mano con una velocidad engranada (primera o reversa, según el caso) para mayor seguridad.

Documentos y seguridad al día: Nunca salgas sin tu licencia, matrícula, revisión técnica, seguro obligatorio (SOAT) y, si es posible, un seguro particular. Además, asegúrate de llevar en el auto herramientas básicas, un triángulo de seguridad, extintor, botiquín de primeros auxilios y llanta de emergencia.

Elige lubricantes adecuados y de buena calidad: El aceite del motor no solo lubrica, también limpia, enfría y protege. Usar un lubricante genérico o vencido puede provocar daños serios.

Utilizar lubricantes de (buena) calidad es una inversión en la vida útil del auto. No se trata solo de cambiar el aceite, sino de elegir el adecuado para cada motor y cada estilo de conducción”, destaca el representante de Terpel Ecuador.

Rodéate de buenos consejeros: Tener un técnico de confianza, pedir recomendaciones y aprender de otros conductores con más experiencia, te ayudará a tomar mejores decisiones. No todo lo que lees en internet aplica a todos los modelos o condiciones.

Conclusiones

Ser dueño de un auto por primera vez puede ser todo un reto, pero con la información adecuada y buenos hábitos de cuidado, también puede convertirse en una experiencia gratificante y libre de sobresaltos. Adoptar estas prácticas marca una gran diferencia en el desempeño y la vida útil del vehículo. Con algo de constancia y atención, cada trayecto se vive con más seguridad, confianza y tranquilidad.

FUENTE: Boletín, más foto, emitidos por Terpel Ecuador (Guayaquil) y enviados a REVISTA DE MANABÍ por medio de Taktikee, con firma de Paola Gómez Behr.