Mirada panorámica puesta en el gran movimiento navideño de compra-venta que allí se observa, destacando los aspectos recomendables y alguno que desagrada y debe corregirse.

Nuevo Tarqui es el nombre de un lugar comercial abierto entre las avenidas 24 de Mayo y de la Cultura, en el centro histórico de la ciudad de Manta, provincia de Manabí (Ecuador).

Fue creado con intención temporal tras el catastrófico terremoto sucedido el día sábado 16 de abril del 2016, para reubicar las tiendas y puestos de ventas callejeras que operaban en el antiguo centro comercial de la Parroquia Urbana Tarqui, devastado por el sismo.

Es, pues, un asentamiento improvisado a cargo del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) del Cantón Manta. Pero desde su establecimiento a esta fecha van a cumplirse 10 años y ese centro comercial continúa en pie, sin visos de próxima mudanza.

Más bien, da la impresión de afianzarse allí donde se halla, después de atravesar temporadas difíciles debido a la escasa concurrencia de consumidores.

Los antiguos y fieles clientes del Tarqui histórico terminaron desplazándose a otros centros de comercio cercanos a sus respectivos domicilios, aparte de la colosal competencia de los grandes y modernos conglomerados comerciales aparecidos en el transcurso de la década ya por concluir.

El panorama de hoy

REVISTA DE MANABÍ visitó recientemente al Nuevo Tarqui y lo encontró robustecido a consecuencia de la gran demanda comercial propiciada por los festejos de Navidad y año nuevo.

El día domingo 21 de diciembre del 2025, las callejuelas del centro comercial estuvieron repletas de consumidores y muchas tiendas tuvieron que valerse de ayudantes ocasionales a fin de atender con prontitud la gran afluencia de compradores.

A su vez, las tiendas rebosaban de mercadería variada, especialmente la relacionada con el tema de Navidad y la celebración por el arribo del año 2026. Algunas ofrecen artículos y prendas de bello acabado y gran calidad.

La principal razón para tal flujo comercial es, indudablemente, que allí los precios están fijados para el alcance de todos los consumidores de bajo presupuesto, pudiendo rebajarse aún más por el regateo tradicional entre compradores y vendedores.

Pero, como nos dijo un emprendedor establecido en ese lugar, la experiencia de los años pasados aconseja no hacerse vanas ilusiones, porque la gran demanda comercial presente solo dura este momento. Aclarando, eso sí, que las ganancias de hoy alcanzan para resistir los meses de pocas ventas.

Aunque podría suceder, esta vez, que la multitud de compradores actuales encontraron suficientes razones para volver continuamente.

Patio de comidas manabitas

El Nuevo Tarqui también posee un patio de comidas tradicionales en Manabí, baterías de servicios higiénicos y abundantes y variadas ventas ambulantes, desde bocadillos y bebidas hasta ropa y juguetes.

Dos ambientes bien marcados

La parte del sitio que colinda con la Avenida 24 de Mayo alberga tiendas alojadas en módulos (contenedores) metálicos. Tienen más holgura, mejor presentación y artículos de precios más altos. Incluye agencias bancarias y extensiones de grandes tiendas conocidas, con mercadería de marca.

Separada por una calle central está la otra parte, donde se agrupan las pequeñas tiendas alojadas bajo cobertizos lineales. Es la más popular y económica.

En ambas partes aflora el ambiente comercial que caracterizaba el movimiento del Tarqui antiguo: multitudinario, diverso, alegre, bullicioso, desordenado, complaciente; con gente vestida sin formalidad, pero cordial y extravertida. Las mujeres destacan por su belleza natural, sin poses ni artificios.

Detalle desagradable

Un detalle que desagrada, en la primera parte del conjunto, es la permisividad para que circulen vehículos automotores en las estrechas callejuelas que separan a los grupos de tiendas.

Esto no solo motiva la preocupación por accidentes, sino por la incuestionable contaminación ambiental a causa de los gases emitidos por tales máquinas.

Escrito por José Risco Intriago, director de REVISTA DE MANABÍ.