La mañana de este martes 16 de mayo, en el Aeropuerto Internacional Eloy Alfaro de Manta -que a causa del terremoto del 16 de abril 2016 funciona todavía en una estructura provisional- fueron reunidos el alcalde Jorge Zambrano; representantes de organismos de seguridad, de la Fiscalía y de la rama marítima de las Fuerzas Armadas, entre otros; para conocer las consecuencias gravísimas que implica la utilización arbitraria de un puntero láser apuntando a las aeronaves en pleno vuelo, como desgraciadamente está sucediendo en varios aeropuertos del país.

Según se explicó en esa reunión, los rayos láser se clasifican por la intensidad y el color (rojo, verde, violeta, azul) y dependiendo de ello es la gravedad del asunto y la diferencia de reacción de los tripulantes de una aeronave.

La preocupación de la Dirección General de Aviación Civil (DAC) nace de los reportes estadísticos que en los últimos meses ha presentado el personal que controla el tráfico aéreo, siendo el mes de abril cuando el índice de esta irregularidad fue más alto. Los miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, al realizar operaciones nocturnas, han detectado estas anomalías en diferentes puntos de la Costa. En el caso de Manabí, se señala a Crucita, Jaramijó y parte del sector de El Palmar, en Manta.

Operadores del control aéreo pusieron énfasis al advertir que enfocar el puntero láser a una aeronave en vuelo, al aterrizar o despegar, podría ocasionar un accidente grave. Los riesgos son contundentes: 1.- Los pilotos se pueden distraer 2.- Interfiere con la visión a medida que aumenta el brillo de la luz y opaca el campo de visión del piloto 3.- Causa daño ocular de alta potencia, por la luz infrarroja o ultravioleta expuesta de manera permanente 4.- Provoca ceguera instantánea temporal, como lo hace el disparo de un flash de cámara fotográfica.

La importancia de dar a conocer tales efectos radica en lograr un trabajo en conjunto para hacer conciencia pública de que esto no es un juego, sino un acto malicioso que pone en riesgo la vida de los pilotos, de toda la tripulación y hasta de terceros en tierra.

En la reunión se hizo saber que hoy en día se realizan estudios para reducir el riesgo de los pilotos, mediante el uso de gafas “inteligentes” activas, cuya función es poder detectar la luz láser y luego activar un proceso de bloqueo, basado en la potencia y la longitud de onda. Esto lo mencionó María Fernanda Coronado, quien es parte del personal que controla el espacio aéreo en Manta.

Los drones

Otro de los temas tratados fue el concerniente al vuelo de drones. La DAC tiene vigente la resolución 251 / 2015, que trata sobre la distancia mínima a la que deben volar estos aparatos alrededor de un espacio aéreo controlado, como aeropuertos, aeródromos o bases militares. La distancia permitida es igual o mayor a 9 kilómetros a la redonda.

La persona que opera los controles de un dron, cualquiera que sea su característica, es responsable de que el vuelo se ajuste a las limitaciones operacionales establecidas por el fabricante y a las normas regulatorias del país.

Finalmente se sentenció que es responsabilidad de todos darle un buen uso a la tecnología, ya se trate de un puntero láser o un dron, haciéndola amigable con los diferentes campos del saber y de la naturaleza.

FUENTE: Dirección de Comunicación Social del GAD municipal de Manta, mediante boletín informativo y fotos con firma de su director, periodista Antonio Cedeño.- MANTA, 16 de mayo de 2017.
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