La ciudad de Manta, la más importante por su economía y desarrollo dentro de la provincia de Manabí (Ecuador), es atravesada por varios cauces de escorrentías labrados por las lluvias de invierno a través del paso del tiempo. Pero las limitaciones municipales del pasado y su falta de previsión, dieron lugar a que la población asentada en las riberas descargue sus escombros, basuras y aguas servidas directamente en esos cauces, que llevan todo eso hasta la costa marina próxima.

Esa es la parte crucial de la gran contaminación del ambiente que afecta hoy a la ciudad y que la Administración municipal está tratando de revertir. Y justifica la singular tarea de desalojar el lodo, los escombros, la basura y la maleza acumulada por años en los cauces (nombrados Río Manta y Río Burro), que en realidad no tienen caudal permanente sino solo en los inviernos con alta precipitación pluvial.

Ya se ha logrado desazolvar la mayor parte de esos cauces y es así como se ha podido detectar más de 150 descargas clandestinas de aguas servidas. 100 en el Río Manta y otras 50 en el Río Burro, que la Administración municipal, sin precisar cómo, promete eliminar totalmente y en forma definitiva.

En los barrios Jocay, Miraflores y otros que colindan con el Río Burro, las descargas son de viviendas y de locales donde se vende comida, que a más de aguas residuales arrojan grasas saturadas que provocan malos olores.

Además, en ambos cauces se ha encontrado cientos de tuberías rotas pertenecientes al servicio municipal de agua potable. La EPAM (Empresa Pública Aguas de Manta) dice que ya están siendo reparadas.

Hasta el momento de escribir esta información, en los 3.7 kilómetros lineales intervenidos con la limpieza en la segunda fase del programa, de los cauces de los ríos Manta y Burro se ha retirado cerca de 96 mil metros cúbicos de lodo y maleza.

La EPAM alega que todo el descubrimiento de irregularidades, las reparaciones de daños y la rectificación de errores que ha permitido el desazolve de los cauces, es posible gracias a que ella misma declaró a la ciudad en estado de emergencia sanitaria, el 30 de julio/2019, con el objetivo de inspeccionar y reparar los colectores sanitarios, así como detectar y eliminar conexiones clandestinas que contaminan a ambos ríos.

Y añade que con la limpieza integral de los cauces pluviales se generan acciones preventivas ante la llegada de la nueva temporada lluviosa, como lo prevé el Plan Invierno trazado por la Administración municipal.

FUENTE: Epam (Manta), mediante boletín y fotos con firma de Gabriel Pazmiño Zambrano, gerente de Comunicación.