En la época invernal, con lluvias abundantes, los ríos arrastran gran cantidad de lodo y palizadas, un fenómeno natural que se repite año tras año. Y los ríos de agua dulce son la fuente principal de donde se toma el agua para potabilizarla y así hacerla llegar por tubería a los consumidores.
Pero cuando estas fuentes naturales son enturbiadas con lodo, y las tomas de las plantas potabilizadoras son taponadas por las palizadas, el servicio debe paralizarse inevitablemente según el criterio de la EPAM (Empresa Pública Aguas de Manta), responsable del suministro de agua potable y de la red de alcantarillado del Cantón Manta.

Y es que, las tomas taponadas hacen imposible sorber el agua del río; y, si esta tiene lodo, su alta turbiedad impide el proceso de tratamiento o potabilización. Además, si se filtrasen palos y lodo dañarían el conjunto de bombas electromecánicas utilizadas para sorber y reenviar el agua.
En el caso de Manta, esto suele pasar en la planta El Ceibal, que toma agua cruda del Río Portoviejo a su paso por el Cantón Rocafuerte. Sin embargo, en la presente estación invernal hasta el momento no hubo necesidad de interrupciones.

Líster Posligua, jefe de la potabilizadora El Ceibal, explicó que cuando los niveles de turbidez sobrepasan los 4.000 NTU (Unidad Nefrelomética de Turbidez) es imprescindible pausar la producción. Si no se pausa, añadió, la arena y el lodo ingresan a las bombas y pueden destruir los impulsores y anillos de protección. Y reparar el equipo tomaría semanas, lo cual dejaría al 80 % de los consumidores de Manta sin agua durante varios días.
“Por eso”, insistió Posligua, “cuando ocurra un caso de estos, es de vital importancia paralizar la producción hasta que bajen los niveles de turbidez”.

Los operadores de la planta monitorean constantemente los niveles de turbiedad, que en el año 2018 llegaron a 46.000 NTU; pero en cada época lluviosa estos niveles sobrepasan los 35 mil.
La planta potabilizadora El Ceibal está ubicada en el sitio El Pueblito de Rocafuerte, y capta agua cruda del Río Portoviejo cuyas riberas están deforestadas, hecho que aumenta la turbiedad.
