El acto de construcción de la tribuna faltante en el Estadio Jocay de Manta ocasionará molestias a los residentes del entorno, situación que el alcalde local Jorge Zambrano hizo saber directamente a los potenciales afectados, durante un acto de socialización al que también acudieron los funcionarios municipales competentes en el caso y los representantes de la compañía privada que levantará la obra.
Hace una semana el Gobierno municipal de Manta reunió a moradores de las ciudadelas Rocafuerte, Las Brisas, Puerto Sol y algunos barrios aledaños al estadio, con el fin de explicarles pormenores de aquella obra de ingeniería y cómo los trabajos de construcción alterarán durante un corto tiempo el espacio circundante, causando ruidos, vibraciones, polvaredas y obstaculización vial. El alcalde reconoció estos problemas y anunció que se tomarán medidas para reducirlos al mínimo posible, pidiendo a la vez que los moradores vecinos tomen sus propias precauciones; e hizo notar que un poco de incomodidad bien vale la pena por la significación social de la obra, tanto desde el punto de vista deportivo cuanto desde el de mejoramiento urbano del sector y el de la ciudad en general.
En ese contexto, Jorge Zambrano recordó que la nueva tribuna -o bandeja de gradas para los espectadores- se realizará con un crédito tipo 80/20 del Banco de Desarrollo del Ecuador que aporta el 80 % de los 7’291.408,63 de dólares (más IVA) que cuesta la obra, y la Municipalidad de Manta el resto. Y dijo que su visión es que esta construcción no sólo contribuye al deporte local y nacional, sino también al turismo y a la dinamización de la economía del cantón. Admitió, no obstante, que con su ejecución habrá afectaciones como, por ejemplo, la reducción del ancho de la vía junto a ese lado del estadio, pero que también se están analizando posibles áreas para estacionamientos, conscientes del gran flujo de personas que congregan los eventos realizados dentro del edificio.
Luego habló José Gómez, jefe técnico y representante de la empresa Landev Land Developers que construirá la bandeja. Dijo que los trabajos están fijados para realizarse en un plazo de 120 días consecutivos, en la modalidad de 24 horas al día y 7 días a la semana, por lo que la socialización permite acordar con los vecinos las maneras de mitigar las molestias que el trabajo provoque, sobre todo por el ruido.
Respecto a la afectación por vibraciones del suelo, Gómez dijo que será un poco más perceptible en la fase de hincado de pilotes, que durará mes y medio, pero que para mitigarla se excavará una zanja perimetral de 5 metros de profundidad. Aseguró que el proceso constructivo será acelerado, porque se compondrá de estructuras prefabricadas.
Por su parte Fabián Moreira, fiscalizador de Obras Públicas de Gobierno municipal de Manta, tranquilizó a los dueños de viviendas cercanas al sitio de los trabajos, aseverando que se levantará un informe del estado actual de esas viviendas a fin de protegerlas con las medidas correspondientes. También dijo que se prevé que tomará 12 días evacuar la tierra extraída de las excavaciones, y que los vehículos pesados a usarse para estos trabajos tendrán entrada y salida por la Avenida 113 y la antigua Vía Aeropuerto, hoy Avenida María Auxiliadora; y que, para mantener contacto directo y constante con los moradores vecinos, la empresa constructora dispondrá de una oficina instalada en el mismo lugar de la obra.
Después de conocer lo expuesto por el alcalde y los otros oradores, Víctor Rivas, morador de la Ciudadela Rocafuerte, comentó que esperan coordinar con los constructores para definir los horarios de mayor intensidad de trabajo a fin de tomar los recaudos necesarios. También dijo entender que en el proyecto han contemplado las fisuras que se observan en el estadio a raíz del terremoto del 2016. Por lo demás, expresó que “a quién no le va a gustar que le construyan algo bonito en el sector donde vive”, y que Manta se merece un estadio de nivel internacional, más aún cuando a su alrededor habrá espacios de esparcimiento para los moradores vecinos.
Gabriel López, habitante de la Urbanización Puerto Sol, dijo que la obra le “parece de lo mejor” porque se va a realzar todo el entorno, pero que sí le preocupa la afectación a los moradores. Empero, opina que el hecho de socializar las repercusiones de la construcción es muy bueno, porque antes no se lo hacía, solo se imponía; “que ahora podrán acercarse a los ingenieros y decirles cuando algo les esté afectando”.
A esta socialización también acudieron: Marcela Ordóñez, directora municipal de Obras Públicas; Diego Ortega, representante de Landev Land Developers, y Javier Macías, representante de la empresa Congeotec, que fiscalizará la obra.
