Por Pedro Pablo Jijón Ochoa*
SE HA DICHO MUCHO sobre la reactivación del sector agropecuario del Ecuador. Elaborados y bien sustentados planes, desarrollados desde escritorios de tecnócratas y socializados en clubes y oficinas con aire acondicionado. Es decir, planes desarrollados sin la opinión del sabio y humilde hombre del campo. Considero, todos deben aportar para definir cuáles deben ser las políticas a seguir para el desarrollo del agro.
Si deseamos una verdadera revolución agropecuaria, los líderes del sector deben ser firmes en las propuestas nacidas de sus bases; los funcionarios, prestos a pulirlas y aplicarlas. Además de una clara y definida participación política de los productores.
Pilares fundamentales para la reactivación del agro, considero son cuatro (4), de los cuales se pueden ramificar para su mejor desarrollo. Puntos que ya he desarrollado en artículos anteriores.

Reactivación financiera total. La banca estatal debe reactivar a todos los deudores, pequeños productores que desarrollan su actividad en parcelas de hasta 20 hectáreas: condonando intereses por mora y gastos legales, permitiendo reestructuren capital; luego, facilitarles crédito con tabla de amortización mejorada y aplicable puntualmente a la actividad agrícola, con meses de gracia y plazos hasta de dos (2) años, en casos de cultivos de ciclo corto. Sean borrados de la lista «estigmatizadora» del buró de crédito, la mal llamada por la banca «central de riesgo» que nunca fue culpa del productor estar allí, sino culpa del mismo sistema de crédito y comercialización. Despojar a un productor agropecuario de su tierra es un acto ilegal e inmoral.
Mejoramiento de la productividad. La institución correspondiente debe trabajar en coordinación con la academia y centros de investigación, en transferencia de tecnología. Mejorar rendimientos, bajar costos de producción, ir desde el análisis de suelos, optimización de riego y efectivo plan de fertilización.
Comercio justo entre organizaciones agropecuarias. Financiamiento a las organizaciones, por parte de la banca estatal, para compra y absorción de cosechas de otros sectores y poder comercializar con margen de ganancia. Así se controla la letal y agresiva intermediación.
Agroindustria Asociativa. Desarrollar la agregación de valor a los productos y subproductos agropecuarios; creación de marcas; buscar mercados internos; motivar a emprendedores en el campo. Todo esto en coordinación con prefecturas provinciales y actores de la Economía Popular y Solidaria (EPS).
Estos pilares fundamentales deben ser la materia prima a utilizar por parte de los líderes agropecuarios serios y asambleístas nacionales, para la creación de nuevas leyes y mejorar las existentes que regulan la producción agropecuaria ecuatoriana.
Recordemos que sin campesinos prósperos no hay revolución.