La temporada ecuatoriana de verano ha llegado; y, si bien las restricciones de movilidad a causa de la pandemia COVID-19 aún continúan, algunas familias buscarán espacios aislados para ir a vacacionar. En estos casos es importante tomar en cuenta el adecuado cuidado de la piel, protegiéndola de los rayos solares para evitar cualquier patología que a futuro pudiera comprometer su salud.
De acuerdo con la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (SOLCA) del Ecuador, 6 de cada 10 personas de este país tienen la piel expuesta totalmente a los rayos ultravioleta. Por esto el cáncer de piel es la segunda enfermedad más frecuente en los hombres y la tercera en el caso de las mujeres.
Cuidarse de los rayos ultra violeta
Para la dermatóloga Melissa Piliang, de Cleveland Clinic, la luz solar contiene dos tipos de luz ultravioleta (UV) que pueden ser dañinos para la piel: UV-A y UV-B.
Los rayos UV-B causan quemaduras solares, mientras que los rayos UV-A causan el envejecimiento de la piel; y ambos tipos pueden llegar a causar cáncer de piel. Incluir protección epidérmica contra la radiación solar en la rutina diaria es un hábito que debemos promoverlo cotidianamente.
Asimismo, es imprescindible aplicar las siguientes recomendaciones para protegernos durante estos días calurosos:
Protector solar, un aliado para la piel
Una de las principales formas de cuidarse contra los efectos dañinos de la radiación solar, es usar frecuentemente una loción o ungüento protector. Este producto debe proporcionar un factor de protección solar (FPS) de alto espectro, para una mejor protección contra el envejecimiento y el cáncer de piel, de tal manera que actúe contra ambos tipos de rayos ultravioleta.
Asimismo, es necesario aplicar una capa gruesa de protector contra la radiación solar, 30 minutos antes de salir; y repetir la aplicación cada dos horas, puesto que todos estos productos se degradan por la exposición al sol después de ese lapso. En el caso de que la piel esté en contacto directo con el agua, es necesario volver a aplicarse la protección después de secarse, incluso si el producto es resistente al agua, señala la Dra. Piliang.
Es necesario asegurarse de aplicar la solución de una forma pareja en toda la piel que esté expuesta al sol, sin descuidar las partes del cuerpo que a menudo se pasan por alto, como son: orejas, parte superior de los pies y el cuero cabelludo.
Ampararse en la sombra
Conviene evitar los rayos del sol, especialmente entre las 10h00 y 15h00. En este horario la radiación solar es directa y fuerte. Buscar refugio debajo de una sombrilla, un árbol u otra cosa que impida el paso directo de los rayos solares, es ideal. Sin embargo, es inevitable usar la crema o loción protectora, debido a que los rayos pueden sobrepasar la sombra.
El uso de ropa protectora
Utilizar ropa que cubra los brazos y las piernas es otra alternativa para protegerse de los rayos ultravioletas. Un dato curioso: las prendas de color oscuro, o las confeccionadas con telas de tejido apretado, brindan mayor protección contra el sol. Esto es debido a que la tela de tejido apretado bloquea físicamente los rayos del sol, mientras que los colores oscuros los absorben.
Por otro lado, usar ropa mojada ofrece menor protección contra los rayos UV que la ropa seca.
Los accesorios duplican la protección
Los accesorios no solo pueden complementar tu estilo, también son necesarios para salvaguardar la piel. Es así que se recomienda usar un sombrero de ala ancha que rodee la cabeza para generar sombra a la cara, orejas y cuello. Opta por escoger un sombrero de paja toquilla o de mocora; o uno de tela con tejido apretado, como la lona, y que sea de colores oscuros, ya que cualquiera de ellos puede brindar mayor protección contra los rayos UV.
Si prefieres usar una gorra, es aconsejable proteger las orejas y la parte posterior del cuello con ropa que cubra estas áreas de la radiación solar.
Las gafas son también un accesorio fundamental, que no solo protegen los ojos de los rayos ultravioleta y reducen el riesgo de enfermedades como las cataratas, sino que también protegen la piel sensible, alrededor de los ojos, de la exposición al sol.
¡Cuidado! No usar cámara de bronceado
Los cánceres de células basales y de células escamosas son los tipos más comunes de cáncer de piel. De hecho, la mayoría de cánceres de piel comienzan en la capa superior de la piel, conocida como epidermis, que está compuesta por las células escamosas, células basales y melanocitos.
De acuerdo con la especialista en cáncer, Josette Snyder, de Cleveland Clinic, las personas que usan camas solares tienen 2,5 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de células escamosas y 1,5 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de células basales. Un riesgo que no solo puede ser para la piel, sino también para los ojos, por la alta exposición de radiación ultravioleta, causando cataratas y cáncer de ojo.
Asimismo, el uso ocasional de las cámaras bronceadoras triplica las posibilidades de desarrollar melanoma, un tipo de cáncer de piel más mortal.
FUENTE: Comunicado y foto de Cleveland Clinic (Florida, Estados Unidos de América del Norte), entregados a REVISTA DE MANABÍ a través de la agencia de comunicaciones Atrevia (Quito, Ecuador), con firma de Josselyn Orquera.