Estas dos organizaciones, creadas expresamente para evitar la depredación del atún en aguas del Océano Pacífico Oriental (OPO), se hallan aunando esfuerzos a fin de que la pesca atunera intensiva no ponga en riesgo de extinción a este pez básico en la dieta alimenticia humana mundial.
El atún no solo es pieza clave para la alimentación de los seres humanos a nivel global, sino que además aporta grandemente a la prosperidad económica y al desarrollo social de las naciones que lo pescan, procesan y distribuyen. Este es el caso de Ecuador, que tiene en las ciudades de Manta y Guayaquil dos bases importantísimas de la pesquería nacional, con sendas flotas pesqueras y costosas plantas industriales que ocupan a decenas de miles de pescadores y trabajadores en tierra, aparte de consumir ingentes cantidades de suministros y servicios colaterales que dinamizan la economía general. De hecho, la pesca atunera es uno de los cinco sectores productivos no petroleros que más aportan a la formación del PIB (Producto Interno Bruto) ecuatoriano.
DENTRO de ese contexto se entiende mejor la relevancia que tiene el acuerdo de cooperación entre el Tuna Conservation Group (TUNACONS) y la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), mediante la firma de 2 memorandos de entendimiento para cooperación científica y técnica, en proyectos que fortalezcan el manejo sostenible de las poblaciones de atunes en el OPO y para la implementación de un proyecto piloto de prueba de “plantados” (carnadas flotantes para peces) construidos con materiales degradables.
Los memorandos de entendimiento tienen como propósito:
a) Fortalecimiento del sistema de evaluación de poblaciones de atunes tropicales en el OPO;
b) Evaluación de impactos de los lances sobre “plantados” en atunes aleta amarilla y patudos juveniles, así como en la pesca acompañante;
c) Revisión técnica del buen uso de la rejilla excluidora;
d) Análisis sobre impacto de profundidad de redes en atunes juveniles;
e) Mejoras en buenas prácticas de manejo de las capturas incidentales;
f) Proyectos pilotos de observadores humanos en barcos menores a clase 6, y sobre monitoreo electrónico en todas las clases de barcos cerqueros (que cercan a los peces en las zonas del mar donde estos abundan) atuneros;
g) Proyecto piloto sobre recolección de “plantados” descartados; y,
h) Plan de gestión de capacidad de flota en el OPO. Estos programas, proyectos y acciones serán definidos con todos los detalles necesarios para su implementación mediante el desarrollo y adopción de acuerdos específicos entre las partes.
Devolución de pesca incidental. Lo que se ve en el centro de la foto es un «plantado».
Sobre el proyecto piloto para desarrollar “plantados” degradables, se van a probar varios prototipos que reúnan los requisitos básicos de no ser enmallantes (que atrapan mediante mallas) y degradables (NEDFAD o NED); y que, para reducir su impacto ecológico, no utilizarán mallas de red ni en la estructura de flotación o balsa, ni en la estructura sumergida o rabo, ni materiales sintéticos de ningún tipo (excepto en la boya satelital y en las pequeñas marcas que se usen para identificación de “plantados”), ni químicos que puedan ser tóxicos en el ambiente (esto se refiere a pinturas, gomas, resinas y otros pegamentos). Así mismo, esos “plantados” deberán ser:
. Construidos con materiales que provengan de un sistema de producción sostenido y que no produzcan sustancias tóxicas o contaminantes al descomponerse.
. Duraderos, para cubrir las necesidades de la pesca, que pueden variar según las áreas o estrategias de las flotas. Estas pueden variar desde 6 meses en pesquerías con variaciones estacionales importantes, hasta 9 – 12 meses o más en otros casos.