En la ciudad de Manta la estación invernal de cada año suele ser poco lluviosa, pero a veces llueve tanto que las escorrentías se desbordan de sus cauces naturales e inundan las partes bajas de la urbe, causando serios problemas en viviendas, lugares de trabajo, vías y otros espacios públicos. Esto explica las prevenciones que la municipal Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM) está tomando ahora mismo.

Para contrarrestar los posibles efectos de la estación lluviosa en ciernes, la EPAM avanza en la limpieza de sumideros, rejillas, pozos y alcantarillas del sistema de aguas lluvias de la ciudad.

Este trabajo pre-lluvias, que se ejecuta en horario nocturno para aprovechar el bajo tránsito vehicular, busca mantener un sistema pluvial totalmente despejado, minimizando probables inundaciones, especialmente en las zonas bajas de la urbe, consideradas las más vulnerables.

El supervisor de alcantarillado de la empresa, Roberto Lourido, señaló que durante la semana que acaba se trabajó en la Parroquia Los Esteros, limpiando ductos y rejillas a lo largo de la Avenida Puerto-Aeropuerto, en la zona del parque y en la Cancha Los Halcones.

Lourido precisó que hasta el momento en la ciudad se han limpiado alrededor de 190 sumideros y rejillas, 50 cámaras o pozos de revisión y varias alcantarillas de las que se han extraído infinidad de sólidos, como piedras, papeles, botellas plásticas, entre otros.

Por eso reiteró su pedido a la ciudadanía toda, de que evite lanzar a la calle cualquier tipo de desperdicio, que casi siempre terminan obstruyendo rejillas y sumideros. Él razona que al colocar la basura en el sitio que le corresponde, estaremos ayudando a evitar taponamientos e inundaciones que afectan a mucha gente durante el invierno.

La petición de Lourido queda muy corta de la realidad, porque los contribuyentes pagan regularmente por un servicio municipal de “barrido y aseo de calles” que no se cumple en su totalidad, puesto que los obreros responsables de la limpieza de las vías solo recogen la basura contenida en los recipientes domésticos y en los de uso público, pero no “barren” suficiente ni adecuadamente las calles por donde ellos pasan a diario. Más claro: no recogen la basura suelta que el viento se encarga de esparcir a lo largo y ancho de las vías (Nota de RM).

FUENTE: Epam (Manta), mediante boletín y fotos con firma de Gabriel Pazmiño, gerente de Comunicación.   
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