Se han sentido las restricciones sociales impuestas por el Gobierno ecuatoriano para frenar la espiral de contagios del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, pero las celebraciones familiares propias de la Navidad no han faltado, aunque sin la pompa y el ruido de años pasados.

En la ciudad de Manta, provincia de Manabí, la Navidad ha acercado a las familias, cuyos miembros se han dado modos para salvar parte de las restricciones y no perder la tradición de conmemorar el Nacimiento del Niño Jesús y con este motivo alegrar de manera extraordinaria a los niños de cada casa.

Compras para Nochebuena

Todos los comercios que venden alimentos y bebidas para la cena navideña, y sobre todo los más grandes y completos, han estado colmados de compradores que, eso sí, debieron someterse pacientemente a la espera del turno para ingresar a las tiendas de más capacidad. Y, claro, también tuvieron que aceptar el control de la temperatura en cada tienda visitada, así como frotarse las manos con gel anti bacterias.

Cosa igual en las tiendas que venden ropas, zapatos, juguetes y otros objetos de regalo, porque “Navidad sin regalos no es Navidad”, como nos ha acostumbrado el marketing que induce al consumo.

Hay que reconocer, no obstante, que el volumen de ventas en estas navidades fue menor que en años pasados, según nos dijeron algunos comerciantes consultados. Se siente la crisis económica nacional, agravada por la pandemia.

Comer fuera en restaurantes repletos

Buscar ingredientes para la cena y adquirir obsequios lleva su tiempo, así que fue necesario comer en el patio de comidas anexado a cada centro comercial, o en uno de los restaurantes que hay de sobra en todo lado. En la hora del almuerzo y de la merienda esos lugares también se repletaron, si bien es justo reconocer que disminuyeron la cantidad de mesas y sillas disponibles a fin de darle holgura a sus respectivas salas.

Tránsito intenso y abundante

Y para movilizar a toda la gente desplazada a hacer compras, el tránsito en las calles ha sido intenso y abundante. Tanta gente se ha movilizado, que no es exagerado decir que el distanciamiento social fue casi nulo en muchos lugares, aunque muy pocos olvidaron la mascarilla.

Oficios religiosos

Por cierto, los templos oficiaron sus actos religiosos acostumbrados en estas fechas, pero en ellos sí fue más estricto el distanciamiento social. La mayoría de feligreses atendieron las misas por medio de las transmisiones instantáneas de audio y vídeo a través de las redes sociales en Internet. Y también se hicieron novenas caseras, sin que faltara en ellas la recreación del Nacimiento divino.

La salud del alcalde

El alcalde de Manta, Agustín Intriago Quijano, con su madre Ruthy Quijano Franco./ FOTO bajada de Facebook

Según los últimos comunicados de Rosita Saldarriaga, esposa del alcalde Agustín Intriago Quijano, la salud del mandatario municipal de Manta está mejorando bastante bien. Salió del coma inducido para aliviar su deficiencia respiratoria causada por la COVID-19 y ha comenzado a ingerir alimentos.

La señora Saldarriaga ha dicho que pudo conversar un buen rato con su esposo, poniéndolo al tanto de su estado de salud a raíz de la intubación y sedación, así como de la expectativa pública creada por su enfermedad, que motivó una inusitada solidaridad expresada en buenos deseos y plegarias para que se recupere satisfactoriamente y pronto.

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