Libertad Regalado y Vladimir Zambrano, discurren al alimón sobre la Cultura Manteña y su impacto social en la prosperidad económica y el desarrollo humano acaecidos en lo que hoy es el territorio del Cantón Manta (Ecuador), concluyendo que la Silla Manteña es el símbolo que mejor caracteriza esa pujanza hacia la modernidad y que el Concejo cantonal debe establecerlo así en una ordenanza.
Este contenido es parte de REVISTA DE MANABÍ


Por:
Libertad Regalado*, email: lire2653@gmail.com
Vladimir Zambrano*, email: vladichzg@hotmail.com
Entre 1887 y 1889, en París (Francia) se erigió la Torre Eiffel; y en el año 1900 su imagen fue la insignia de su ciudad en los Juegos Olímpicos de París. En 1886, en Nueva York (EE.UU.) se inauguró la Estatua de La Libertad y desde su origen se declaró oficialmente su imagen como emblema de la ciudad.
Podríamos seguir enumerando otros, como: el Coliseo de Roma (Italia), la Puerta de Brandemburgo en Berlín (Alemania), la Rotonda en Guayaquil (Ecuador), el Panecillo en Quito (Ecuador), el Cristo Redentor de Río de Janeiro (Brasil). Lo cierto es que, hoy, cada una de esas imágenes son las representaciones más identitarias de sus respectivas ciudades; los legados más importantes, porque recogen la parte más esencial de sus propias historias.
¿Necesitamos en Manta un signo emblema que sea una marca de identidad de nuestra ciudad? ¿Qué símbolo podría serlo? En la segunda década del nuevo milenio se llevaron a cabo en nuestro puerto varias actividades para promover la búsqueda de un emblema que nos distinga, y la municipalidad del cantón recogió de la población la imagen que debería representarnos para visibilizar nuestra ciudad alrededor de un mundo globalizado y cada vez más interconectado.

La insignia, sobre la que se pronunciaron de forma mayoritaria diversos sectores de la ciudad, que sería nuestro emblema, fue la silla de piedra en forma de U de la región de los Paches, que abarcaba una extensa zona entre la actual Bahía (de Caráquez) y Santa Elena, conectada por esa geografía sagrada de los cinco cerros: Cerro de Hojas – Jaboncillo, Montecristi, Jupe, Agua Nueva y Agua Blanca.
Aquella cultura asentada en nuestras costas manabitas desde el año 500 d.C. (después de Cristo) y que subsistió hasta la Conquista (española) en el siglo XVI; y que a partir de la segunda mitad del siglo XX, Emilio Estrada y Jacinto Jijón y Caamaño la denominaran como Cultura Manteña/Civilización Manteña.

La Silla Manteña, única en el mundo, símbolo de jerarquía y ritualidad, usada de forma exclusiva por la élite gobernante y por los chamanes, quienes tenían un amplio dominio del mar; que fueron hábiles pescadores y navegantes, que pudieron en sus balsas remontar el Pacífico y llegar con sus productos hasta Mesoamérica y a los pueblos de Sudamérica; que la concha spondylus se convirtió en un elemento con un alto simbolismo ritual y económico; que tuvieron una deidad con poderes curativos a quien acudían habitantes de otros lugares en busca de sanación, trayendo consigo esmeraldas pequeñas, para ofrecerlas a la diosa de la salud, Umiña, cuyo templo estaba en el Jocay antiguo (el Manta de hoy).

El comercio en épocas antiguas, sin control de bienes arqueológicos, ha llevado a que hoy se exhiban sillas manteñas en reconocidos museos de EE.UU.: New York, Washington, D.C.; New Haven. Igualmente, en Europa: Londres (Reino Unido), París, Barcelona (España), Bruselas (Bélgica), Viena (Austria), Berlín; y en Sur América: Santiago de Chile, Buenos Aires (Argentina). Museos donde destacan a la Cultura Manteña como una de las más relevantes de nuestro continente sudamericano. Este desafortunado hecho de dispersión de nuestros bienes arqueológicos, puede ser una valiosa oportunidad de difusión y visibilización de nuestra ciudad y su marca a nivel mundial.
En la segunda década del siglo XXI no podemos negar la creciente importancia de nuestra ciudad puerto en el concierto internacional, su liderazgo en las distintas esferas comerciales con la exportación de atún, su flota pesquera −la mayor del Pacífico oriental−, su febril desarrollo empresarial e industrial; un destacado sitio para la práctica de los deportes del mar y tierra; una amplia infraestructura hotelera y residencial para ser un punto de llegada en actividades turísticas y como puerto de cruceros de visitantes de otros continentes.

Manta es una oportunidad para toda la región, con un puerto marítimo internacional y aeropuerto en despegue hacia el mundo. Una ciudad vinculada de forma estrecha con el tejido del sombrero de paja toquilla y con la capacidad de mostrar toda la gastronomía manabita; dos patrimonios de la región, el primero declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de Humanidad, en el 2012; y, el segundo, como Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador en el 2018. Patrimonios que demandan una marca-ciudad que recoja su identidad patrimonial y las capacidades productivas, industriales y comerciales de la ciudad, para viajar alrededor del mundo y proyectar a nuestra milenaria cultura y centenario cantón como un destino a llegar, comerciar, invertir y vivir.
La marca insigne de la ciudad contribuirá a una apropiación de un sentido de pertenencia y una identidad por cuidar; a ser más conscientes del legado histórico, del patrimonio y de la infraestructura de la actual ciudad, que necesita su cuidado y promoción desde el aporte y la vinculación de cada habitante. La Silla Manteña nos representa, sin duda, y su emblema aportará a construir el compromiso de los mantenses a representar la ciudad de la mejor forma posible.

En este año de celebración del centenario de la cantonización de Manta, se necesita de un gran acuerdo de la Municipalidad para generar la marca de la ciudad, declarando a la Silla Manteña como esa marca, mediante una ordenanza, acuerdo o resolución, que pueda direccionar su uso en las instituciones públicas locales que promueven la imagen del cantón y el incentivo a la promoción desde el sector privado y productivo para usar la insignia en los productos hechos en Manta. La ciudad debe marchar hoy hacia el mundo con su propio emblema. Es el momento.
Las fotos fueron obtenidas de las páginas virtuales a las que puede accederse a través de los siguientes enlaces:
https://www.facebook.com/cerrohojasjaboncillo/
http://www.hojas-jaboncillo.gob.ec/tablet/catalogosillas.pdf
* Libertad Regalado y Vladimir Zambrano son, en ese orden, educadora, investigadora y escritora; escritor, activista cultural y empresario, miembros del colectivo Ciudadanos Comprometidos. Ambos residen habitualmente en la ciudad de Manta, provincia de Manabí, República del Ecuador.
Centenario del Cantón Manta (1922 -Nov. 04- 2022).