Para eso promueve la creación del Sistema Nacional de Trazabilidad* y Transparencia en toda la cadena productiva del cacao, tarea a cargo del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP) y el Instituto Forestal Europeo (European Forest Institute, en inglés).
Este contenido es parte de REVISTA DE MANABÍ
La implementación de tal Sistema, según sus responsables, es una de las herramientas fundamentales para la construcción de la gobernanza en la cadena productiva de cacao.
- Según la definición de Keyence -México- la trazabilidad es la capacidad de rastrear todos los procesos, desde la adquisición de materias primas hasta la producción, consumo y eliminación, para poder aclarar “cuándo y dónde fue producido qué y por quién”.
Con ese objetivo, y en el marco del Proyecto Siembra Desarrollo, la oficina de RIMISP en Ecuador se encuentra ejecutando un plan piloto para registrar a los productores, intermediarios, comerciantes y exportadores del grano, con el fin de cumplir con los requisitos necesarios para exportar la producción cacaotera al mercado europeo.
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William Ulloa, consultor de Rimisp, explica que este registro se realiza por medio de una aplicación celular en la que se ingresan los datos de los actores de la cadena, así como la ubicación geográfica (georeferenciación) de su plantación o centro de acopio.
“Esto”, explica Ulloa, “con el objetivo de garantizar que la producción de la cadena es libre de deforestación, en el momento de ingresar como producto (commodity, en inglés) para la venta en Europa. Tanto el comerciante, como el exportador, tendrán la certeza que el cacao proveniente de diferentes productores cumple con lo que el mercado europeo comenzará a exigir en los próximos meses”, señala.
La experiencia se está desarrollando en algunos cantones del Ecuador. Para ello se realizó una caracterización de estos territorios, en los que se registran 10.703 fincas donde se siembra cacao.
El técnico explica que la producción de este fruto no es la principal actividad económica de los productores de la zona.
“El cacao no es su única fuente de ingresos. En estos terrenos mantienen otros cultivos, como arroz, maíz, cítricos, plátanos; crían animales y también están empleados en actividades que no están relacionadas con la agricultura”, manifiesta.

Se debe tomar en cuenta que el 99 % de los productores de cacao CCN51 (monocultivo) lo hacen de manera independiente; es decir, apenas el 1 % de estos agricultores pertenecen a alguna asociación de producción.
En cambio, aquellos que se dedican a la siembra del cacao nacional en sistemas agroforestales, mayoritariamente forman parte de asociaciones de productores.
Uno de los aspectos más importantes en los que se basa el registro, para la puesta en marcha del Sistema Nacional de Trazabilidad, es la relación de confianza que existe entre los actores de la cadena del cacao.
Según lo observado durante las visitas al territorio, los sólidos vínculos existentes entre los productores, los intermediarios y los comerciantes, son fundamentales para que las labores de registro en el Sistema y el posterior uso de la información recabada en la aplicación, se cumplan con éxito.
El consultor indica que el trabajo realizado por Rimisp “(…) va sentando las bases metodológicas para animar, poco a poco, a que un mayor número de productores, comerciantes e intermediarios trabajen con la trazabilidad y puedan negociar su entrada en la Unión Europea”.
Para apoyar en esta tarea, se ha diseñado un instructivo en el que se explican las ventajas de formar parte del Sistema de Trazabilidad y el mecanismo de inscripción. Este material se está distribuyendo en los centros de acopio de la zona de influencia del programa piloto, para que los comerciantes lo promuevan entre los productores.
“Es decir, vemos que es un proceso que se fortalece con la presencia de los propios actores de la cadena del cacao y que puede ser replicado en el resto de zonas cacaoteras del Ecuador”, asegura Ulloa.
El proyecto Siembra Desarrollo: Pequeña Agricultura y Alimentación Resilientes al COVID-19 se implementa en cinco países de Latinoamérica (México, Guatemala, Colombia, Ecuador y Chile) con el fin de determinar los impactos de la COVID-19 sobre la seguridad alimentaria y la agricultura familiar (AF), con el apoyo del IDRC de Canadá.
FUENTE: RIMISP Ecuador (Quito), mediante boletín enviado con firma de Diana Proaño Ayala, del área de Comunicaciones.