Una vez iniciado el año escolar del 2018, el Comité Distrital de Bares Escolares -conformado por el Ministerio de Salud Pública (MSP), el Ministerio de Educación y la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA)- iniciará desde junio la supervisión en los establecimientos educativos de los cantones Manta, Jaramijó y Montecristi.

La supervisión comprende la estructura física que utilizan los bares escolares y todos los productos que allí se expenden, procurando que ninguno de esos dos aspectos ponga en riesgo la salud ni la integridad corporal de los estudiantes y profesores.

Ángel Villigua, analista de la Unidad de Promoción del Distrito de Salud 13D02, indicó que la supervisión se basa en un listado de parámetros que deben ser cumplidos. Prácticamente comprende lo que sigue:

“Lo primero que solicitamos es la documentación de cómo está categorizado el local -si es como lugar de expendio, bar simple o comedor. Se pide el contrato de prestación de servicio, que lo otorga el Ministerio de Educación; el permiso de salud entregado por el MSP; el permiso de funcionamiento otorgado por la ARCSA; el certificado de haber participado en un curso sobre manipulación de alimentos y alimentación y nutrición, que lo dicta el SECAP (Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional)”.

Sobre el expendio de alimentos, personal del Distrito de Salud certificará que las bebidas tengan registro sanitario y además que, en general, todos los productos estén semaforizados (Simbología de colores que advierte la cantidad de azúcar, sal y grasa que contiene cada producto). No se deben vender alimentos con contenido alto en grasa, sal y azúcar, ni alimentos con cafeína. Lo permitido son alimentos naturales, como frutas y verduras bajo protección.

En una reunión reciente entre funcionarios de las instituciones públicas aquí citadas, se reveló que es recurrente encontrar que algunos administradores de bares escolares retiran solo por unos meses los productos contraindicados para la venta, pero luego el expendio vuelve a la normalidad.

“Necesitamos que los rectores y directores de establecimientos educativos se comprometan con el control, ya que ellos también forman parte de un comité de control interno”, se dijo en la reunión.

Dentro de lo correspondiente a supervisión del lugar, se revisa limpieza de piso, paredes, tejado y mesón, sin descuidar la ventilación natural. En el personal del bar se observa que no presenten heridas cutáneas visibles, infectadas o irritadas; que usen delantal y gorro blancos, limpios y en buen estado, y el uso de guantes.

A todo esto, Villigua cita un inconveniente, y es que “Lo que no pueden comer adentro lo consumen afuera, con los vendedores ambulantes; por eso, en una próxima reunión contemplada para la primera semana de junio, también contaremos con la presencia de un representante del Municipio”.

Según el Distrito de Salud aludido, hasta el año 2017 solo 68 unidades educativas cumplían con las características. Entre los compromisos adquiridos por el Distrito de Educación -previo a la supervisión-, deberá entregar el listado actualizado de establecimientos escolares.

FUENTE: Distrito de Salud 13D02 (Manta), mediante boletín informativo y fotos, con firma de la periodista Rebeca Alarcón Mieles, analista de comunicación, prensa y relaciones públicas.
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