Frecuentemente se informa en Manabí acerca de personas contagiadas con enfermedades como el dengue y la chikungunya, que pueden agravarse sin un tratamiento médico satisfactorio y oportuno. Y siempre se dice que el contagio fue a través de las picaduras de mosquitos. Sobre todo esto trata la presente información.

Para empezar, los datos que aquí se consignan, salvo el siguiente párrafo, provienen del Distrito de Salud 13D02 (Manta, Jaramijó y Montecristi), dependencia del Ministerio de Salud Pública del Ecuador.

El paludismo, el dengue, la chikungunya y el zika son las enfermedades más comunes en el valle tropical manabita, particularmente durante la estación invernal (de enero a mayo, cuando la humedad y el calor son muy altos). Son causadas por un organismo microscópico llamado virus, que se concentra en las células del cuerpo humano y circulan en la sangre. Por esto, cuando una hembra del mosquito (anófeles) Aedes Aegypti chupa la sangre de una persona enferma y luego va y pica en otra saludable, en ese momento provoca el contagio de esta última.

Que aprenden los brigadistas de la salud

Dicho eso, veamos qué conocimientos enseña el Distrito de Salud 13D02 al personal que bajo su dirección trabaja en el intento por erradicar los  mosquitos y sus nidos de reproducción.

Recientemente, el equipo de brigadas que va por los domicilios echando Abate (larvicida) en los depósitos de agua, fue capacitado para que tenga un buen desempeño en la eliminación de larvarios del mosquito y en evitar que se reproduzca.

Wladimir Briones, epidemiólogo distrital, indicó que la capacitación hizo énfasis en el perfil epidemiológico del mosquito: “Es necesario que quienes realizan esta acción conozcan el comportamiento del Aedes en nuestra zona; por ejemplo, número de casos de dengue, chikungunya y zika del último año; el ciclo (de vida) del mosquito y las zonas donde se concentra más”.

Briones destacó, durante la capacitación, que identificar el ciclo de vida del mosquito es medular para saber qué medida de control vectorial realizar. Por ejemplo, cuando está en el estadio de huevo, es necesario cepillar el tanque (o cualquier otro depósito de agua) y flamearlo; mientras que en el período larvario se aplica el Abate durante 3 meses; y, cuando es pupa, se retira con un cedazo (cernidera).

“La información que se brinda al equipo de control vectorial para actualizar conocimientos, es la misma que las brigadas -al tiempo de realizar las acciones de abatización y fumigación- transmiten a la ciudadanía”, indicó el profesional.

Todos los ciudadanos debemos saberlo

El epidemiólogo señaló que ninguna acción es suficiente si la comunidad no se compromete, porque la hembra del mosquito necesita sangre para alimentar sus huevos y, una vez alimentados, los coloca en el borde superior del agua. Es por esto que se insiste en la limpieza de los tanques antes de poner el Abate; y, una vez puesto, el tanque u otro depósito debe estar bien tapado, porque de lo contrario no habrá el efecto deseado.

Otra cosa a tener en cuenta es que a mayor cantidad de mosquitos es mayor la prolongación de vida del mismo; de ahí la necesidad de aplicar las medidas preventivas de siempre: que los propietarios se hagan responsables de la limpieza de sus terrenos baldíos, ya que el mosquito se esconde en la vegetación y entre las plantas, porque el macho chupa néctar y busca la obscuridad; hay que revisar la casa por lo menos 15 minutos al día, y si se notan posibles criaderos de mosquitos destruirlos inmediatamente; entre otras prevenciones.

La capacitación incluyó recordar a la ciudadanía que la fumigación es una acción para matar mosquitos, no es preventiva; por esta razón se realiza en zonas donde ya hay proliferación del insecto.

FUENTE: Distrito de Salud 13D02 (Manta), mediante boletín informativo y fotos, con firma de la periodista Rebeca Alarcón Mieles, analista de comunicación, prensa e imagen.
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