Por Pedro Pablo Jijón Ochoa*
¿Qué pasa con el arroz? Es la pregunta que me hacen constantemente, y la falta de una respuesta satisfactoria provoca reclamos por sus bajos precios, cierre de carreteras, movilizaciones y hasta caminatas pacíficas por las calles. Es el producto más consumido de la canasta básica del ecuatoriano; es el segundo cereal más producido en el mundo, detrás del maíz. Se puede decir que el arroz es el cereal más importante en la alimentación humana.
El arroz posee más lisina que el trigo, el maíz y el sorgo; contiene grandes cantidades de almidón; proporciona mayor contenido calórico y más proteínas por hectárea. Es uno de los cereales más importantes por su aporte energético en calorías y proteínas. El arroz no contiene gluten, por lo que es apto para el consumo por parte de personas que padecen trastornos relacionados con este elemento.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en el Ecuador la superficie sembrada bordea las trescientas ochenta mil hectáreas (380.000 has). Las provincias con mayor superficie sembrada son Guayas, Los Ríos y Manabí, y el consumo per cápita es de ciento diecisiete (117 lb) libras por año.
A la fecha de desarrollo de este artículo ya van dieciocho (18) meses de reclamos por parte de los productores arroceros; por los bajos precios de sus cosechas, altos costos de insumos y falta de adecuada política de comercialización de esta gramínea, sin tener respuesta efectiva por parte del ente rector de la política agropecuaria nacional. En numerosas reuniones con gremios arroceros para analizar y dar solución a este tema se ha evidenciado que mientras al productor se le paga veinticinco dólares por quintal, en otras ciudades como Esmeraldas se vende hasta a sesenta dólares. ¿Por qué esta gran diferencia? La respuesta siempre señala a la letal intermediación y la mala práctica comercial de algunos industriales.
Se ha desenfocado el análisis de las causas por la diferencia de precios entre productores y consumidor final; se ha hablado de supuesta sobreproducción y por ende la caída de precios por ley de oferta-demanda. Si así fuera, ¿por qué no bajan los precios también para los consumidores? Una respuesta es que se ha producido ingreso de gramínea desde la frontera sur, ocasionando sobreoferta.
Debemos aplicar soluciones sencillas y prácticas para salvar la economía de los productores arroceros del país, ahora quebrados financieramente, y la economía de los consumidores. Soluciones como hacer respetar precio oficial ya fijado y aceptado en consenso en años anteriores, decretar franja de precios a insumos para que se pueda aplicar ley de oferta-demanda en estos, facilitar la importación de estos insumos por parte de las asociaciones de productores agropecuarios, apoyo a impedimentos en agregación de valor. Existen estudios serios del valor nutricional del arroz en alimentación humana, en la industria de la belleza y balanceados para ganados.
El camino del arroz es amplio, solo hace falta decisión por parte de las autoridades y deseos de elevar el nivel productivo y económico del Ecuador.
* Ingeniero comercial y director ejecutivo de ASESORAP (Asesoría a Organizaciones Agrícolas Productivas): asesorapecuador@gmail.com. Guayaquil, Ecuador, 30 de noviembre del 2018.