Por Pedro Pablo Jijón Ochoa*
BUENA LABOR ES ABRIR MERCADOS en el extranjero, para colocar la producción agropecuaria de los países y lograr que la balanza de pagos sea positiva y que la producción de materias primas, insumos o servicios se pueda ofrecer al mundo. No menos importante es redescubrir mercados locales y potenciarlos para que la actividad agropecuaria tenga el justo pago por su esfuerzo.
La República del Ecuador es un país con pequeña extensión territorial, ubicado en la costa noroccidental de América del Sur, en la zona tórrida del continente americano, entre los paralelos 1º 30´N y 3º 23,5´S y en los meridianos 75º 12´W y 81º 00´ W. Es un país continental con preponderancia marítima, más de 1.200 km de hermosas costas, además de contar con un archipiélago (Islas Galápagos) e islas continentales (Puná, Santay, entre otras). Posee 3 regiones definidas: Litoral, Callejón Interandino y Amazonia; condiciones que nos hacen único en el mundo por la incidencia de luminosidad solar, clima, variedad de pisos climáticos, suelos y gran cantidad de recursos hídricos.
Las condiciones arriba expuestas nos dan gran oportunidad productiva, ya que se puede producir todo tipo de alimentos en todas las épocas del año, a diferencia de otros países que desarrollan agricultura estacional. Se puede decir que la República del Ecuador es el granero mundial, ya que algunos de sus productos -banano, flores, camarón, brócoli, cacao, maderas, entre muchos otros- son preferidos en numerosos países, además de que otra gran variedad de productos tienen gran potencial exportable. Es decir, los rubros agropecuario y turístico podrían solventar con creces el Presupuesto General del Estado, tomando en cuenta que la explotación petrolera ya no es una actividad rentable, por sus altos costos de producción y los cambiantes precios de venta.
El redescubrir mercados interesantes dentro del país, para ejecutar comercio justo (fairtrade) hará que los mismos productores comercialicen directamente con consumidores finales y dará la oportunidad de mejores precios, tanto al productor como para el consumidor, controlando así la intermediación y colocando a mejores precios -más económicos- en mercados de otras ciudades del país. Por citar un ejemplo: el arroz, por el que hoy se paga dieciocho dólares (18 USD) la saca de 230 libras paddy, en mercados como los de la provincia de Esmeraldas (norte de Ecuador) el consumidor final llega a pagar sesenta dólares (60 USD) por quintal pilado; ingentes ganancias que se lleva la intermediación letal.
El potenciar los mercados locales es también una gran oportunidad para los productos con valor agregado, como son los deshidratados y germinados, conservas de gran demanda en la corriente de la comida saludable, hoy por hoy, desarrollando las oportunidades comerciales para los “superfoods” y para la Economía Popular Solidaria.