La ingesta de medicamentos por cuenta propia, asumiendo que se conoce el malestar a eliminar, es una práctica común pero no por ello adecuada.
Entre las medicinas más frecuentes que se ingieren sin una prescripción médica están los relajantes musculares, pastillas para los dolores de cabeza, de estómago, jarabes para tos.
Marco Peñaherrera, médico ocupacional del Distrito de Salud 13D02 (Manta, Jaramijó y Montecristi), cita un ejemplo: “La presentación de los relajantes musculares puede ser única o asociada. Entre esas asociaciones tenemos combinaciones con desinflamatorios o con analgésicos. Dichos medicamentos son expendidos sin una prescripción médica o a su vez son reemplazados, ocasionando agravamiento de las enfermedades prexistentes de aquel usuario”.
Por su parte, Wladimir Briones, responsable de la Unidad de Vigilancia de la Salud, señala que hay un tema cultural de base: “Un familiar va a la cita médica y le recomienda algo para su afección; pero resulta que si otra persona de la misma familia se siente igual, entonces compra lo mismo que el profesional le recetó al pariente. Sin embargo, no sabe por qué se presentó esa sintomatología en la otra persona”.
Briones señala otro inconveniente naturalizado en la población, como acudir a una farmacia y quien expende le recete una medicina: “le digo al farmacéutico: me duele el cuerpo, tengo tos, y él dice: tómese tal o cual cosa. Él o ella no pregunta si usted tiene alguna enfermedad de base o si es alérgica a algo; el profesional sí, por eso insistimos siempre acudir al centro de salud más cercano”.
Otro caso que se presenta de complicaciones por automedicarse es el uso indiscriminado de antiinflamatorios, dice el profesional de salud. «El consumo constante de este medicamento puede desembocar en una insuficiencia renal; por ende terminan en diálisis».
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los costos asociados a las reacciones adversas de los medicamentos, por ejemplo, en relación con la hospitalización, la cirugía y la pérdida de productividad, sobrepasan el costo de los medicamentos en sí. El organismo es enfático: el 60 % de estas reacciones es evitable en los pacientes, si estos evitaran automedicarse.
Pero ¿cuáles pueden ser los efectos de esta automedicación?, se pregunta Peñaherrera, y él mismo responde: “empeoramiento de enfermedades, ocultamiento de síntomas, hemorragias, intoxicación y reacciones alérgicas; empeoramiento de enfermedades y, la más lamentable, la muerte. Por eso el mejor consejo que como profesional de salud, y por casos que con frecuencia llegan a mi consultorio, es no automedicarse y confiar siempre en el criterio del profesional”.