Para cada hijo, sus progenitores (padre y madre) son los ideales. ¡Ni más faltaba! Pero es posible ensayar un perfil de “padre ideal” cuya misión paterna desafía los patrones del vertiginoso comportamiento social de la época en que hoy vivimos, pletórica de métodos, tecnologías, tendencias, prosperidad económica, reivindicaciones sociales, medios de comunicación, noticias falsas, pandemia y activismo de todo tipo.
El padre es la contraparte en la fusión hombre-mujer para la procreación de los hijos, cosa que sería imposible al faltar una de las dos. Así que el padre, como la madre, es esencial e insustituible para crear la descendencia, aun en estos tiempos de inseminación in vitro, porque la semilla siempre la aporta un varón. Esto, por cierto, es lo natural y divinamente básico.
Después de creados los hijos, cuando hay que asumir la responsabilidad de sostener sus vidas y formarlas para la convivencia social, empieza a surgir la verdadera dimensión de una madre o un padre ideal.
En el caso del padre, es cuando se ve si tiene la sensibilidad para comprender lo complejo que es conducir por el camino correcto una vida en formación que al principio ni siquiera puede expresarse por sí misma; y, comprendiéndola, hacer todo lo necesario para abrigarla, alimentarla, vestirla, protegerla, educarla e integrarla de modo armonioso en el tejido social de una población. Todo lo cual, para ser completo y satisfactorio, supone ciertamente el concurso igual de la contraparte materna.
Y es en este punto en el que puede verse con nitidez si el padre tiene la voluntad y la firmeza para hacerse con esta tarea monumental y cumplirla sin desmayo hasta cuando los hijos alcanzan su propia autonomía. El hombre que logra esto, sin reproches y con gusto, puede considerarse a sí mismo un «padre ideal”.
José Risco Intriago

Como un homenaje debido al espíritu de mi padre, don Héctor Malaquías Risco Ponce, el apreciado “maestro Risco” de su aplaudida y recordada trayectoria en el Cantón Chone (Manabí, Ecuador), como constructor de puentes -firmes y colgantes- y canoas esculpidas en un solo tronco de madera.