Son muchas las formas de estafar a los incautos, pero la audacia de presentarse como dueño de tierras periféricas desocupadas que no le pertenecen y “venderlas” a personas sencillas y desinformadas que se esfuerzan al límite de sus capacidades con el fin de obtener un bien patrimonial, es una de las que más daño hace a las ciudades, porque acrecienta la necesidad de servicios básicos que no pueden satisfacer de inmediato ni a largo plazo, en la mayoría de los casos.
Los avivatos que actúan de ese modo son aquellos promotores que “invaden” lotes de tierra sin uso aparente, pero que tienen propietarios que pagan regularmente los impuestos prediales que recauda el municipio respectivo.
Pero la invasión no la hacen solos, sino con todos los incautos que previamente entregaron sus pequeños ahorros a la persona estafadora, confiando que se trataba de una transacción legal para, al fin, adquirir un pedazo de tierra en la ciudad y levantar allí su vivienda.
Estas personas engañadas son a las que el estafador de turno, una vez embolsados los ahorros de las primeras, incita a “invadir” la tierra con su presencia masiva y levantando casuchas endebles de caña guadua, madera, zinc y cartón usado. Con esto los incautos “toman posesión” de su lote de tierra, mientras el embaucador toma distancia para que la llegada inevitable de las autoridades públicas no le alcance.

Lo narrado hasta aquí es lo que, más o menos, ocurre con cada “invasión” de un predio, como la sucedida recientemente en el Barrio 15 de Septiembre de la ciudad de Manta (Ecuador), donde un numeroso grupo de personas engañadas había levantado precarias estructuras que la Policía municipal terminó derribando.
Las personas “invasoras” entendieron la medida policial una vez que se les explicó las razones, pero denunciaron que un individuo se hace pasar por dueño de esa tierra para comercializarla en lotes (Nuestra fuente no indica si ya fue revelada la identidad del estafador).
Con esa experiencia reciente, la Dirección Municipal de Control Territorial intensifica labores para evitar casos similares, contando con el apoyo de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.
Y, para frenar la venta ilegal de terrenos, la Administración cantonal de Manta emprende acciones a través de dos estrategias: legalización de tierras con posesionarios de larga data; y reforzar los controles para evitar nuevas invasiones.