Es abrumadora la cantidad de información que una persona puede hallar en la Internet, que aloja a incontables sitios web y entre estos las famosas redes sociales que acaparan las visitas de internautas. Y es en estas, particularmente, en las que abundan las novedades más insólitas, disparatadas e increíbles, que solo las mentes con gran imaginación y bastante conocimiento pueden concebir.
Durante los días recientes ha estado circulando profusamente, o de manera viral como se dice por moda, un texto extraído de la red de redes y reproducido hasta el infinito a través del canal de mensajería WhatsApp. Contiene lo que serían contradicciones entre lo que recomienda la ciencia médica por una buena salud y lo que sucede en la vida real ajena a esas recomendaciones.
Puede ser que las comparaciones hechas en el texto no sean proporcionales y tengan una explicación razonable que mantenga el criterio científico, pero son dignas de tener en cuenta para reflexionar un poco sobre los extremos a los que suelen llevarnos ciertas aprensiones concernientes a la salud. Veamos:
– El inventor de la caminadora murió a los 54 años.
– El inventor de la gimnasia murió a los 57 años.
– El primer campeón mundial de fisiculturismo murió a los 41 años.
– Maradona, para muchos el mejor futbolista del mundo, falleció a los 60 años….
Pero…
– El creador de KFC (pollo frito) murió́ a los 94 años.
– El creador del chocolate Nutella murió a los 88 años.
– Imagínese, el dueño de cigarrillos Winston murió a la edad de 102 años.
– El que se encargó de industrializar ¡el opio! murió a los 116 años en un terremoto.
– El fundador del Cognac Hennessey murió a los 98 años.
¿Cómo llegó la ciencia a la conclusión de que el ejercicio prolonga la vida?
Fíjate, piensa y compara: el conejo siempre está saltando, pero vive solo 2 años; y, la tortuga, que no hace ningún ejercicio, vive 100 años…
Entonces tómelo suave, descanse un poco, relájese, manténgase fresco, coma un buen asado con los amigos y la familia; pero, sobre todo, disfrute de una deliciosa bebida (con moderación) y disfrute de su vida cada día.
(¡Ah!, y no recordaba. Faltó mencionar al de las conejitas de Play Boy: también murió de viejo y bastante feliz…)
Se los dejo de tarea: No vive más el que más se cuida… Vive más, ¡el que es más feliz!