Las baterías de ácido plomo son muy comunes en todo tipo de vehículos. Funcionan gracias a una reacción química entre las placas de plomo y el ácido sulfúrico.
Este contenido es parte de REVISTA DE MANABÍ
Al igual que las baterías convencionales o mejor conocidas como pilas, al ser depositadas en la basura sin ningún tipo de cuidado pueden llegar a representar un grave problema de salud y causar un impacto negativo al medio ambiente.
En Ecuador, cada año se fabrican aproximadamente 1’200.000 unidades de baterías de ácido plomo que, de no ser recicladas adecuadamente, pueden representar serios perjuicios a la vida humana, animal y vegetal. Por ejemplo, una sola pila de reloj puede llegar a contaminar 600 mil litros de agua.
En el caso de las baterías de ácido plomo o de automóviles, que ya han sido usadas y desechadas de manera incorrecta, pueden llegar a liberar plomo, un componente altamente tóxico para el medio ambiente.
Este elemento químico, además, puede producir intoxicación en adultos, y mayormente en niños. La intoxicación por plomo afecta a 1 de cada 3 niños y niñas del planeta, causando daños irreparables al desarrollo cognitivo por ser aquel una neurotoxina que afecta al sistema nervioso.
Proceso reciclador informal
Pero las baterías que contienen plomo, no obstante su alta peligrosidad, se pueden reciclar casi en su totalidad. El proceso de reciclaje lleva las baterías recolectadas a un sistema de molienda, con uso de agua, que separa los materiales de plástico, pasta, metálico y electrolito, luego de lo cual el agua usada es bombeada al tratamiento de aguas industriales.
El electrolito separado de las baterías, pasa por tuberías hasta un silo de decantación con la finalidad de separar la pasta de plomo. Adicionalmente, esta solución electrolítica es neutralizada con hidróxido de calcio, para luego enviarlo a un gestor de aguas residuales industriales.

El polipropileno resultante de la trituración de las baterías, ingresa a una línea de fabricación de pellets (gránulos); y la pasta de plomo y metales, mediante una fundición secundaria, se convierte en plomo bruto. Además se genera escoria, una sustancia que se debe entregar a confinamiento como residuo peligroso.
Este método ha permitido el nacimiento de un mercado que no está ciento por ciento regulado en Ecuador, con el agravante de que una gran porción de los participantes en los procesos de recolección y reciclaje de baterías no están legalizados.
El reciclado formal
Por lo expuesto en el párrafo anterior surge BAPU, corporación sin fines de lucro conformada por las principales empresas del mercado de baterías, que durante su primer año de funcionamiento busca garantizar y dar trazabilidad al reciclaje del 80 % de todas las baterías vendidas en el Ecuador, cumpliendo con el acuerdo ministerial 034 publicado por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica y el cual se encuentra vigente desde el 7 de octubre del 2021.
Desde la vigencia de este acuerdo, BAPU ha logrado reciclar aproximadamente 17 mil toneladas de baterías usadas, siendo Guayaquil la ciudad que ocupa el primer lugar con 12 mil toneladas de baterías correctamente gestionadas; y Quito le sigue con 4 mil toneladas.
Como lo explica Ghislaine Lino, coordinadora técnica de BAPU: “Se ha logrado reciclar en un año de gestión más de 17 mil toneladas de baterías. De esta manera, no solo se contribuye con el medio ambiente, sino que además logra cerrar el ciclo de vida de sus baterías que, al estar mal expuestas, generan un impacto ambiental irreversible”.
Desde el 1 agosto del 2022, las empresas que forman parte de la corporación BUPA están legalmente obligadas a cobrar el “Ecovalor Batería”, que va desde quince centavos para baterías de motocicletas y veinticinco centavos para baterías de automotores. Este impuesto se suma al precio regular de cada batería nueva adquirida por los consumidores finales.
El ecovalor recaudado es el mecanismo utilizado por BUPA a fin de financiar las distintas estrategias que ella realiza, como: campañas de difusión para sensibilizar a los usuarios sobre el manejo adecuado de las baterías, presentación de información sobre la gestión de baterías, y desarrollo de una herramienta web para conectar a los actores de la cadena de valor, de tal manera que sea posible aportar al cuidado del medio ambiente y hacer conciencia pública general acerca de la correcta gestión de los residuos contaminantes.
Esta iniciativa privada cuenta con el aval y la supervisión del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.
FUENTE: Corporación BAPU (Guayaquil, Ecuador), mediante boletín y fotos remitidos a través de la agencia de relaciones públicas Dimitrakis, con firma de Alejandra Ruiz.
Año 100 del Cantón Manta (1922 -noviembre 04- 2022), provincia de Manabí, República del Ecuador, Suramérica.