Las lluvias forman parte del complejo pero maravilloso proceso vital de la naturaleza. Ellas son esenciales para la existencia de todos los seres vivos y para las actividades que estos desarrollan en la tierra. Pero si algo se descompone en el suelo cuando las lluvias caen, nadie tiene por qué culparlas de nada, ya que solo desvelan los errores en que incurrimos los humanos.
Dicho eso, los problemas que surgen durante las lluvias -en las ciudades, en las vías o en los campos de labranza- son atribuibles a errores de ubicación o de construcción, mas no al agua que viene del cielo. Siendo así, las complicaciones urbanas y rurales presentadas en Manabí y otras partes del mundo al venir las lluvias, son solo un destape franco de lo que ha estado fallido.
La ciudad de Montecristi no escapó de esta problemática y después de las últimas lloviznas el Gobierno municipal tuvo que socorrer a moradores de la Calle Princesa Diana, en la Parroquia Leonidas Proaño, a donde se deslizó tierra y palizadas que represaron el agua y la obligaron a inundar algunas viviendas.
Franklin Anchundia y Rafael Navarro, que habitan junto a esa calle, agradecieron la oportuna ayuda municipal, sin embargo sugieren que se mejore el sistema de alcantarillado de aguas pluviales.
El Municipio también socorrió a moradores de El Mirador, de la misma Parroquia Leonidas Proaño, en donde retiró escombros y tierra de un terreno destinado a la construcción de un Centro de Desarrollo Infantil.
Aparte de esas labores de emergencia, el equipo técnico municipal, dirigido por Yadira Suárez, sigue inspeccionando sitios y zonas donde se requiere la intervención oportuna para evitar desgracias o devolver la cotidianidad a las familias.