La situación de la salud pública en la ciudad de Manta, en estos precisos momentos, se torna muy crítica en razón de dos grandes amenazas: la precariedad en que se halla el Hospital Rafael Rodríguez Zambrano, el más grande y mejor equipado del Ministerio de Salud en esta urbe; y la inminente presencia del coronavirus (Covid-19), ya detectado en México y Brasil dentro de Latinoamérica, después de haber aparecido en Wuhan (China) y propagarse a Irán, Corea del Sur, España, Italia, Alemania, Estados Unidos y otros países, con un saldo de casi 80.000 contagiados y más de 2.000 muertos.
El edificio del hospital citado quedó maltrecho tras el terremoto del 16 de abril de 2016 y, además, se halla en litigio la construcción de uno que lo reemplace, por lo que la atención a los pacientes ocurre dentro de condiciones muy limitadas y con riesgos para la salud de ellos y la de los profesionales que les atienden.
Por otro lado, no es aventurado pensar que cuando menos se lo espere aparezca alguien contagiado de coronavirus, considerando que Manta es una ciudad a la que arriban frecuentemente viajeros de todo el mundo y principalmente de los países donde el virus ya está causando efectos devastadores, no tanto por el número de contagiados, pero sí por los estragos en la vida social y la economía que la sostiene. La presencia del virus obliga a poner en cuarentena estricta a los pueblos donde hay contagiados.
Estas razones de peso han puesto en alerta a los ciudadanos de Manta mejor informados de la situación, como los periodistas que hoy han hecho un plantón enfrente del palacio municipal, reclamando que el alcalde Agustín Intriago ponga más esmero en preparar a la ciudadanía frente a la amenaza del coronavirus y ante la lentitud del Gobierno nacional que no acaba de mejorar las condiciones del hospital provisional y tampoco resuelve el problema de la construcción paralizada.
El alcalde Intriago ha reaccionado con una visita inusual a la edificación hospitalaria colapsada y al recinto donde se halla el hospital de emergencia. Aquí pidió acelerar los trabajos de adecuación de la estructura provisional del Hospital Rafael Rodríguez Zambrano. Aseguró que, desde la Municipalidad, no se emitirá ningún permiso de construcción mientras no se solucione en su totalidad el tema del plan de contingencia, el cual dará soporte a los servicios hospitalarios para que no se interrumpan y den la cobertura que la ciudadanía requiere.
“Estamos vigilantes de que la contingencia se cumpla a cabalidad y que no se merme en lo absoluto el servicio de salud, que se debe dar a los manteses y a toda la gente que nos visita justamente para recibir atenciones médicas en el hospital”, enfatizó el mandatario municipal.
Al momento, la estructura donde se asentará el hospital durante su repotenciación se encuentra en etapa de adecuaciones. En este espacio, situado en un predio paralelo a su ubicación actual, se ubicarán los departamentos de consulta externa, atención al usuario y admisión. A la par se contará con un espacio para ofrecer el servicio de emergencia con capacidad para 80 camas, según informó la Gerencia del hospital.
Durante su visita, el alcalde fue acompañado por Tito Nilton Mendoza, gobernador de Manabí; Nakin Vélez Mero, director del Distrito de Salud 13D02; representantes del SECOB (Servicio Ecuatoriano de Contratación de Obras) y la empresa contratista Vicente Rodríguez.