El día 25 de junio del 2023 la provincia de Manabí (Ecuador) completa sus 199 años de creada e inicia el correr de su bicentenario (año 200), que culminará el 25 de junio del 2024.
Como ven, queda todo un año para dedicarlo a celebrar el BICENTENARIO, con actos públicos diversos que reflejen la gran pujanza del pueblo manabita y sus logros a lo largo de las dos centurias, además de impulsar las actividades productivas, comerciales, profesionales y sociales.
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El origen
La provincia de Manabí fue creada el 25 de junio del año 1824, mediante la Ley de División Territorial aprobada por el Congreso de la entonces Gran Colombia (Lo que hoy son Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú). Se creó con todo el territorio que le pertenece ahora, más el que posteriormente pasó a ser la provincia de Esmeraldas.
Sus tres primeros cantones son Jipijapa, Montecristi y Portoviejo, de los cuales devinieron los otros 19 que fragmentaron en 22 la división territorial cantonal del presente.
El territorio
El extenso territorio de Manabí es una amplia franja que limita al norte con las provincias Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas; al oeste con el Océano Pacífico; al este con las provincias Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Guayas; y, al sur, con las provincias Santa Elena y Guayas.
Es un valle con diversos relieves, microclimas, ríos y afluentes que lo tornan apto para una vegetación muy variada y ciertamente hermosa. Es así que el suelo permite diferentes cultivos agrícolas cuyas cosechas pueden consumirse directamente o mediante procesos de transformación artesanal o industrial. Aparte de los cultivos con fines de crianza animal.
La costa marina

La frontera marina tiene largas y esplendorosas playas ideales para la recreación social, así como impresionantes acantilados y sitios donde se han establecido puertos que usa la actividad pesquera artesanal, y el gran puerto de Manta habilitado para la pesquería industrial, el cabotaje, y el transporte internacional de turistas y de mercaderías.
La población
El pueblo de Manabí es una mezcla étnica variada. En su suelo conviven armoniosamente aborígenes (culturas Chola y Montuvia, básicamente), y descendientes de culturas europeas y asiáticas llegadas durante la época de la Colonia española y tras el nacimiento de la República.

Aunque las ocupaciones básicas del pueblo manabita fueron, desde sus inicios, la agropecuaria, la pesca, la artesanía y el comercio, hoy se diversifican en actividades más avanzadas como son monocultivos intensivos, acuacultura en piscinas, pesquería industrial, minería industrial, comercio internacional; servicios portuarios, aeroportuarios y terrestres; servicios educacionales, médicos, de electricidad y agua potable, de telecomunicaciones, de logística; servicios turísticos, etc.
Cómo celebrar
Esta celebración tiene que hacerse, por igual, en todos los 22 cantones de la provincia; con mayor esmero en los tres cantones fundadores: Jipijapa, Montecristi y Portoviejo.
Ha de reflejarse, de algún modo, en cada vivienda, casa de salud, sitio de trabajo, unidad educativa, templo, lugar de recreación, etc.

Las instituciones de la gobernanza pública (provincial, cantonal y parroquial) se lucirían poniendo en práctica estas dos acciones fundamentales: esmerándose en mejorar los servicios básicos a su cargo, haciendo algunas obras de su competencia que perennicen la conmemoración; y organizando y promoviendo unos cuantos eventos temáticos.
Respecto a esto último, podrían ser exposiciones que resuman la trayectoria evolutiva de la provincia, mediante documentos históricos, libros, fotografías, pinturas y piezas audiovisuales. Y, también, muestras de lo que actualmente produce Manabí: agropecuarias, artesanales e industriales; sin olvidar alguna muestra de los diversos destinos turísticos habilitados.

Por lado separado, la gobernanza pública de Manabí podría incentivar la organización privada de actos deportivos, espectáculos artísticos, cumbres temáticas con participación de historiadores y proyectistas, conferencias alusivas, entre otros eventos de relevancia.
El sector del quehacer privado perenne (empresas y profesionales) brillaría decorando sus recintos de atención al público con alegorías del bicentenario. El comercio, además, impactaría con ofertas y promociones basadas en la celebración manabita.
En fin, toda persona que vive en Manabí es coprotagonista de la celebración BICENTENARIO y debe, según sus ideas y posibilidades particulares, contribuir para que sea grandiosa, placentera, trascendente y de mucho provecho para la prosperidad y el desarrollo humano de la sociedad manabita, en general.