Era pionero de los empresarios hispanos establecidos en Staten Island y recientemente había celebrado los 30 años de su Agencia Multiservicios. Su tierra natal es Quito, donde ejerció la profesión de médico veterinario y fue piloto aéreo para el Ejército ecuatoriano.
David Ramírez* / Nueva York / 10-04-2020
El inmigrante ecuatoriano César Ortiz, de 69 años, cariñosamente conocido como “Don César”, se sumó a las víctimas fatales que está dejando el coronavirus en la ciudad de Nueva York. Residía en el vecindario de Tompkinsville en Staten Island.
Ortiz era muy considerado por sus vecinos, por ser un emprendedor y un trabajador incansable. Abrió su propio negocio C&C Communications, la primera agencia de comunicaciones multiservicio en Staten Island, que, en marzo pasado, cumplió 30 años de operaciones.
“Estaba encantado de haber logrado su visión de expandirse y llegar a la comunidad hispana en Staten Island, especialmente en Victory Boulevard, donde fue el primer propietario hispano en la comunidad”, dijo su hija, Carla Ortiz-Arroyo.
La muerte de César Ortiz se produjo el fin de semana en un hospital del condado donde fue internado hace dos semanas.
«Él era muy querido por su comunidad y él también amaba a su vecindario”, agregó Carla.

Ortiz, originario de Quito, la capital ecuatoriana, era un visionario siempre dispuesto a encarar desafíos para sacar adelante a su familia. En Ecuador fue médico veterinario y piloto del ejército.
Debido a un accidente, perdió parcialmente la visión en uno de sus ojos y no pudo seguir piloteando por lo que apostó en abrir una granja ganadera; pero, desafortunadamente, por la época se produjo el brote de la enfermedad de las “vacas locas” y perdió su inversión y se vio obligado a cerrar su práctica veterinaria.
Emigró a Estados Unidos a principios de los ochenta. En Nueva York se estableció en Manhattan junto a su esposa Gloria y los dos primeros hijos del matrimonio, Christian y Carla. Más tarde, cuando vivían en Queens, nació el tercero de sus hijos, César Gabriel Ortiz.

“Trabajó muy duro durante tantos años para poder al final pasar más tiempo con su familia. Era fuerte y saludable, incluso en un día libre siempre se mantenía ocupado en reparaciones del hogar”, recordó Carla.
Los primeros años en la Gran Manzana fueron duros para César Ortiz. Se desempeñó en diversos trabajos, pero particularmente se especializó en joyería, en Manhattan. Cuando consigue consolidarse, decide mudarse a Staten Island donde abre su empresa; ofrecía servicios de transferencias de dinero a todo el mundo, agencia de viajes y servicios de inmigración.