Hay dos mujeres que son muy conocidas y queridas en Chone, por sus dones de servicio y humanismo frente al deber. Ellas son las policías Andrea Romero (raso) y Clara Zambrano (cabo), cuya labor profesional extraordinaria acaba de reconocerse y premiarse, después de que las dos aprehendieran a un hombre que intentó asesinar a su conviviente.

Ambas trabajan en el Departamento de Violencia Intrafamiliar (Devif) de la Policía Nacional. Su función es colaborar con las personas que han sido agredidas de forma física, psicológica y sexual. También realizan labor preventiva, pronunciando charlas en escuelas, colegios y barrios. Ahora brindan capacitación a un grupo de adultos mayores.

El arrojo que les valió el premio

El acto por el cual las felicitaron se suscitó el pasado domingo 23 de julio. El servicio integrado de información pública 911 reportó que en horas de la madrugada una ciudadana fue ingresada malherida al Hospital Napoleón Dávila, porque alguien la había agredido con un machete.

Informadas de ese hecho, las agentes policiales se trasladaron hasta esa casa de salud para tomar contacto con la paciente y sus familiares a fin de conocer detalles de la agresión. La víctima presentaba un cuadro depresivo, autoestima baja y heridas en sus manos, en el rostro y en los codos, además de evidencias de haber sido golpeada en la cara.

Las policías indagaron y conocieron el posible lugar donde estaba el presunto agresor. Se dirigieron al sector La Camilo y lo localizaron. Romero y Zambrano se acercaron al victimario y una de ellas le gritó: “¡Alto! Policía”. Él intentó evadirlas, pero un agente motorizado que colaboró en el operativo se colocó en la parte posterior de una vivienda y el sospechoso no pudo escapar. En ese instante, le leyeron sus derechos y lo aprehendieron.

 

El detenido fue llevado a una audiencia de flagrancia que halló motivos para ordenar la prisión preventiva y reclusión en el Centro de Privación de Libertad de Bahía de Caráquez, por el delito de tentativa de femicidio.

La policía Romero desveló su sentir cuando supo del caso y vio a la víctima herida: “Es muy duro ver a otra mujer maltratada de esa manera por su conviviente. Al principio sentí indignación y quería encontrarlo. En el momento que lo detuvimos tuve mucha paz y tranquilidad de que las autoridades pronto se encargarían de hacer justicia. La labor en equipo y la buena relación laboral permitió que el procedimiento sea muy eficaz”.

Ambas policías visitan frecuentemente a la víctima de este caso. Perciben que se está recuperando en todo aspecto: emocional y físicamente, pese a que sus cicatrices son notorias. Ellas le dan su aliento y apoyo; le dicen que no es la primera persona que pasa por esto, que como mujer demuestre su fortaleza, que trabaje y salga adelante por sus tres hijos.

Felicitación pública

El 31 de agosto, en una ceremonia realizada en el Centro Cívico Ciudad Alfaro de Montecristi, estas dos uniformadas policiales recibieron un reconocimiento por parte del inspector general de la Policía Nacional, Ramiro Mantilla, que hoy es nada menos el comandante general de toda la fuerza policial.

El orgullo de la compañía materna

Clara Zambrano, agente Devif, distrito Chone
Clara Zambrano, cabo de policía. Sirve en el Devif de Chone.

Clara Zambrano, con grado de cabo, a sus 32 años de edad y seis al servicio público en la Policía, se siente feliz de haber recibido un reconocimiento tan importante y obtenerlo en presencia de su madre, que por primera vez pudo acompañarla en una ceremonia policial, ya que antes, en la graduación, la progenitora faltó debido a que se había separado del padre de la policía. Esto lo contó Clara mientras su voz se quebrantaba y sus ojos se llenaron de lágrimas.

“Mi hijo que tiene dos años de edad también estuvo conmigo. Quiero ser ejemplo para él y cuando crezca se sienta orgulloso de mí. Gracias a la Policía he podido tener un espacio de vida diferente; gracias (a) aquello soy lo que soy y no permito que nadie atropelle mis derechos”, manifestó Clara.

La uniformada es muy humanitaria; tanto así, que por ayudar al resto se puede quedar sin nada. Lleva seis meses en el Devif -liderado en Manabí por la capitana Andrea Capelo- y siente que hace lo que le gusta: servir a la ciudadanía.

El privilegio de ser policía

Andrea Romero en acto antiviolencia
Andrea Romero, en un acto contra la violencia intrafamiliar.

En contraste, la policía rasa Andrea Romero tiene 25 años de edad; desde hace cuatro años es uniformada policial y así está muy a gusto, porque lo considera un privilegio. Por tal razón se siente muy dichosa de que la noble institución haya reconocido su esfuerzo y el de su compañera.

Ambas policías recomiendan a las mujeres que no permitan el maltrato ni el atropello; que vean las consecuencias de la permisividad en aquellas mujeres que han muerto por femicidio. Que paren el ciclo de la violencia, acercándose ante las autoridades competentes para denunciarlo.

En el momento de la entrevista, la policía Romero se encontraba en el hospital de Chone, en espera del nacimiento de su primer hijo. Ella dijo que Liam (primer nombre del primogénito) también estuvo en el procedimiento y está segura que desde el vientre se sentía orgulloso de ver a su mamá actuar de manera eficiente por servir a la ciudadanía.

FUENTE: Ministerio del Interior, Redacción en Manabí, mediante boletín informativo y fotos.- MANTA, 08 de septiembre de 2017.
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