David Ramírez Bravo, periodista manabita (Portoviejo) que estudió y trabajó en Manta durante unos 10 años antes de mudarse a Nueva York (EE. UU.); y su hija Jamilé, nacida en esta última ciudad -pero con ADN manteño, como dice su padre-, se han propuesto correr próximamente el Gran Maratón de la “Gran Manzana”, para lo cual deben primero correr en otras pruebas secundarias, una de estas el maratón corrido hoy en la ciudad de Miami, Florida. Pero ellos no compiten tras un premio económico, ni en busca de algún récord; lo hacen por “puro deporte” y para mostrar al mundo el símbolo tangible y mejor conocido de la Cultura Manteña: su silla jerárquica ceremonial.
Y sí, llegaron a la meta final; pero no entre los primeros, Sin embargo, están orgullosos de haberse probado a sí mismos de encontrarse en condiciones físicas y orgánicas para una carrera tan exigente como el maratón (42,195 kilómetros; o, lo que es lo mismo, 26,2 millas), y por haber cumplido su sueño de correr llevando en el pecho la imagen aborigen de la Silla Manteña, símbolo de la cultura originaria del pueblo de Manta.
Como queda dicho, David residió muchos años en la ciudad de Manta y aquí se casó con su esposa Jacqueline Rodríguez y nacieron sus dos primeras hijas. Y fueron ciudadanos destacados, tanto en su carrera estudiantil cuanto en la profesional, sobre todo David que sirvió en medios de comunicación colectiva prominentes entonces, como el local Diario El Sol y el nacional Diario Hoy.
Lo de la Silla Manteña significa mucho para David, porque al iniciarse el cuarto y último mandato del exalcalde Jorge Zambrano Cedeño, fue llamado a colaborar desde la Dirección de Gestión de Comunicación del Gobierno municipal de Manta, en cuya gestión promovió un concurso público cantonal para establecer la “Marca Ciudad”, habiendo sido ganadora la propuesta que presentó a la Silla Manteña. Y esta fue acogida con el beneplácito del Concejo Cantonal de ese entonces, que la instituyó como el símbolo oficial de la identidad municipal y del Cantón Manta.

Es por esto que, luego de la carrera, David Ramírez expresó: “Con mi hija Jamilé hemos cumplido un sueño y un reto: correr en nombre de Manta, promoviendo su nombre e historia con la Silla Manteña en el pecho a través de las calles de Miami (…) ¡Viva Manta!”

David y Jamilé hicieron 5 horas y 59 minutos para completar el maratón, aclarando que “No somos corredores profesionales, lo hacemos para celebrar la vida, la salud de la que podemos disfrutar y, claro, lo hicimos en especial para promover a Manta.”

Los dos volverán a correr en septiembre de este año en el maratón de Berlín, Alemania; y, en noviembre, en el Gran Maratón de Nueva York, siempre “con la Silla Manteña en el pecho”.